Durante años fue considerado el mejor pintor dominicano.
Así lo calificó Manuel María Morillo, autor de una de las semblanzas más cautivantes sobre el notable maestro de la pintura.
Morillo fue su amigo desde la infancia y vecino en la calle Hostos esquina Padre Billini, donde formaba parte de las tertulias que Eugenio María de Hostos definió como “amenas, de cultura artística, física y moral”. El educador puertorriqueño y José Martí fueron admiradores de su arte.
Luis Desangles Sibilly, Sisito, ha sido bastante reconocido y su obra y su vida suficientemente divulgadas y analizadas.
Fue opositor del tirano Ulises Heureaux, lo que le costó el destierro. Para algunos, se trató de un error. Encontraron en su atelier una pintura satírica del dictador, ahorcado, hecha por un discípulo antililisista y la atribuyeron a Sisito.
Vivió en Puerto Rico, Cuba y Nueva York.
Joaquín Priego escribió: “Fue en su época el más grande artista dominicano”.
No había cumplido 40 años cuando fue expatriado y ya “había realizado una labor artística nutrida y estimable. Se destacó por sus excelentes dotes como retratista. Sus retratos eran de una firmeza de ejecución admirable y de una expresión inconfundible”, se reseñó en su deceso en 1940.
Morillo, lo visitaba en Cuba y Sisito recitaba décimas de Meso Mónica y evocaba poemas de conocidos poetas nacionales. Recitaba “El guajiro predilecto”, de Nicolás Ureña de Mendoza.
Manifiesta que cuando no se conocían los deportes en la capital, Desangles era un gran aficionado a ellos, principalmente a la esgrima. Priego apuntó que su cuerpo atlético se debía a que alternaba los pinceles con los floretes de la esgrima, congimnasia o con el trapecio. Fue instructor de educación física en el colegio San Luis Gonzaga, en la Escuela Normal y en su residencia.
“En su estudio se exhibían en panoplias armas antiguas de toda clase”. Las piezas más valiosas de su colección de objetos indígenas las donó al museo de Santiago de los Caballeros al irse a Cuba.
“Fue el único pintor dominicano que se ocupó de pintar cuadros de carácter histórico”, se afirmó a pocos meses de su muerte. Citan El sueño de Duarte, Las vírgenes de Galindo, El éxtasis de San Francisco, El arribo de la canoa, así como numerosos paisajes con ruinas y monumentos coloniales.
“Creo que hasta el presente ningún dominicano ha superado a Luis Desangles en el dominio del colorido y de la luz. Sisito realizaba el milagro de captar la luz de la atmósfera para aprisionarla en sus cuadros, lo que en la técnica de la pintura se denomina la perspectiva aérea, de la que llegó a conquistar absoluto dominio, igual que de la perspectiva lineal para cuadros de grandes dimensiones de matices históricos”, escribió Morillo en 1942.
“La bendición de la bandera de Céspedes en Bayamo” es su obra de mayor tamaño. Se sentía orgulloso de este cuadro y del óleo que hizo de su amigo José Reyes, autor del Himno Nacional.
Participó en exposición en Santurce, en 1893, y ganó el primer lugar con “Caonabo”. Expuso, además,“El ángel caído”.
En Santiago de Cuba vivió en la calle Las enmascaradas.
Morillo expresa que “no solo fue un gran artista sino un gran antillanista”
Autodidacta. Recibió lecciones de pintura con León Cordero, pero se le considera autodidacta. Otras obras suyas son “La maldad de la niña”, primer premio en concurso del Ateneo Dominicano; Alejandro Woss y Gil saliendo de la catedral después de ser juramentado presidente de la República; “Pilastra de arroz”,“Invocación de Maceo en Oriente”…
Luis nació en Santo Domingo el ocho de febrero de 1861, hijo de Juan Pedro Desangles y Teresa Sibilly. Estuvo casado con Altagracia Vallejo, madre de sus hijos Constancia Mercedes, María Luisa, Juan Pedro, María Altagracia, Ana Teresa, Luis Rafael y Julio Alfredo.
Fue cónsul en Santiago de Cuba y profesor de la Academia Municipal de Bellas Artes de esa ciudad.
En 40 años en Cuba produjo “una obra artística considerable, realizando cuadros inspirados en la guerra de independencia y en tradiciones” cubanas.
Fue director de la primera escuela pública de dibujo de República Dominicana. Sus obras ascienden “a varios centenares, esparcidas por museos de las Antillas y en residencias familiares”.
En 1915 Sisito pasó una temporada en Santo Domingo.
Falleció 13 de abril 1940. “Aún anciano y enfermo jamás dejó los pinceles”.
La calle. El 16 de noviembre de 1999, el Congreso Nacional designó Luis Desangles Sibilly la antigua “Calle Once” del sector Evaristo Morales.