Zona Areíto. Luis Días: El músico que descubrió que era poeta

Zona Areíto. Luis Días: El músico que descubrió que era poeta

La mayoría de los dominicanos oyeron las canciones de Luis Días pobladas de sonidos del campo, de cantos de la tierra, de salves fervorosas, de llantos de uno mismo, lo bailaron –de noche y de día- y en un coro entusiasmado, lo cantaron.
No se percataba uno de su poesía. Sino como “El Terror”, el loco que escribía historias que nos llevaban de lo sublime a lo ridículo, desde una perspectiva que pocos concebían.
Yo también bailaba bachatas, boleros, “palo llorao” y merengues encebaos o apambichaos, pensando en mi campo, mi gente y sus sonidos –el dijo que descubrió 59 estilos musicales en el país-… Y de Convite para acá, todo se podía esperar de Luis Días.
Fue Sonia Silvestre, ella tenía que ser, la que más placer sentía al cantarlo y la que más orgullo tenía al nombrarlo, la que me sacó del letargo: “Marivell voy a hacerle un homenaje a Luis y me gustaría que destacaras al Luis Poeta, porque ya todos conocen al Luis músico, al Luis compositor. No hemos reparado en su poesía”.
En uno de esos textos que me mandó entonces: El 15 de octubre de 2010 19:22, sonia margarita silvestre ortiz <lasilvestre1313@yahoo.es> escribió: “Marivell querida: Aquí te envío mucha información que podrás usar para Areíto. Diseño final de la boleta, afiche promocional, 6 letras de canciones que voy a cantar. Escogí algunas de las mejores letras, justamente para que te enfoques en Luis Terror Días poeta. También una motivación del concierto, unas palabritas más que escribí y una foto mía y de Luis cuando éramos felices e indocumentados”.
Entre las canciones que me envió entonces “La Silvestre”, estaban: “Toro Bravo”, “Limbo y conga”, “Corazón de Vellonera”, “Ella viene de la lluvia”, “El accidente”, “En tu día, madre”.
En su motivación elegí este párrafo: “Mi amigo el terror era un poeta de lenguaje sencillo y profundo salido del placer de pernoctar con Neruda y Vallejo en zaguanes, guaguas y pensiones y de oír con atención infinita la voz de su pueblo”.
Desde ese octubre del 2010, en que Sonia se preparaba para rendir homenaje a su amigo –el mismísimo día de los muertos- tenía el compromiso de destacar en Areíto al poeta de voz de trueno y de tierna lírica. Un alma que convertía en arte lo más convencional de su pueblo, incluso lo insulso o lo procaz.
Ahora ella tampoco está. Allá están el compositor y la cantante que más canciones le grabó: 18, sin contar las que cantaba por placer. Confieso que en algunas ocasiones he vuelto a revisar sus correos, por distintas razones. La última me la dio Ana María Henríquez (Abad Gallery) cuando, en otro octubre, de 2016, se apareció en mi oficina con un librito de poemas de Luis para pedir que Solfa y Tinta: Susana Silfa y yo hiciéramos un homenaje a Luis el poeta, con motivo del 7mo aniversario de su fallecimiento, en su centro cultural.
Ana María puso en mi mano “Tránsito entre Guácaras”, un libro de poesía editado por el Centro de Estudios de la Educación (CEDEE), en el 1987. Un libro muy especial, puesto que el mismo está escrito a puño y letra del propio Luis Días, con ilustraciones de Susy Delmonte (su compañera de entonces).
El libro fue presentado por Jesús Sosa, quien era el director del CEDEE y quien también a mano explicó: “Estamos acostumbrados al Luis-guitarra, micrófono, canto, percusión… el Luis música. Con esta publicación presentamos al Luis Poeta y, y resulta interesante presentar su poesía… ´esquema´ en el cual no se le ha encasillado todavía”.
Tránsito entre Guácaras
Conociendo el espíritu rebelde de Luis Días se puede intuir que si escribió un poemario no fue de amor ni por hacer galas de su condición de aeda. El motivo de este poemario fue antecederse a las famosas celebraciones del V Centenario del Descubrimiento de América que con tanta hispanofilia preparó el Gobierno del doctor Joaquín Balaguer para 1992, acontecimiento que nos trajo dos veces al Papa Juan Pablo II –completando tres visitas: enero 1979, enero 1984, octubre 1992.
En lo que el Gobierno y la Iglesia se preparaban para “celebrar” el descubrimiento, el nacimiento de la fe católica, la primera iglesia y la primera misa en América, fue justo el momento en que Luis Días que era un “defensor del sermón de adviento” y además un doliente de toda injusticia, un gran conocedor de nuestros dolores y valores; se metió en la piel de los primeros pobladores de la Isla y los convirtió en cantos y llanto taínos.
Luis se sumergió en la investigación histórica y empezó a sentir y a crear en su cosmogonía y en su lenguaje. El resultado está muy bien definido por Jesús Sosa en la presentación del libro “Tránsito entre Guácaras: “poesía que se inserta en el mundo mental de nuestros aborígenes, desangrándose con rabia y alegría en aquella realidad y creando en este tiempo, mitos, desafiando bestias, prometiéndonos junto al hijo del corazón del pueblo, la ciudad del alba”.
El libro contiene 26 poemas, un glosario de términos utilizados y un glosario de las ilustraciones, entre cuyos títulos llevan inmediatamente al universo taíno: Anacaona, Jaqueyes, Maimonel, Gran Atabeira, entre otros, ideados por el creador de otros personajes más cercanos como Mi Guachimán, Marola, Las vampiras o Andresito Reina…
El Terror estaba dando seguimiento a una mística de narradores de distintas épocas que quisieron contar los aboríge nes desde sus ámbitos (Padre las Casas, Garcilazo de la Vega, Jorge Icaza y José María Arguedas entre muchos otros). Precisamente en los 80 había una corriente en toda América de llevarlos a ficción en primera persona, desde una perspectiva reivindicativa de su mitología y su cultura.
Luis defendía el pensamiento propio de los taínos y su visión del mundo:
“Si Boinael os lleva otro Mayojabaonabo
Que el gran espíritu blanco de las cavernas
Baile sobre su tumba.
Dejad que las mujeres “se pierdan en el camino
Buscando de sus flores
Más ustedes, lleven sus flechas erectas
Como serpientes
Para defender su llama eterna”.
También Luis tuvo la capacidad de vislumbrar la impotencia taína ante el universo perdido:
“Espíritu inquieto
Sonador
Gestador del viento
Que una vez sin norte las ciudades
Te convertiste en única vía.
No dejes que se me pierda el mar
Ni el rocío.
Métele soles a nuestros ríos
Reparte tus culebras esmeraldas
Por los bosques
Donde te perdiste”.

Uno de mis favoritos es este:
Fresca
La luna me mira
Ojos negros tiene la luna
Poca luz
Que me importa…
Yo no ando en conflictos,
Señora mía.
Me toca un hombre
Enjoyado de guanines
Dice ser peregrino iluminado
Risa de oro
Que se largue
Yo no ando en conflictos
Mi gran señor.
Qué me importa si los colonizados
Mueren en su manea…
Nos dieron orejas para las taguaguas
Piernas para los coiros
Leyendas para hacer Areítos
Oráculos para nuestros brujos
Qué me importa si los colonizados
Mueren en su manea…
Llegan los cancerberos.
Sordo ladrido babea el colmillo.
Pegajoso su grajo.
Que se larguen…
Yo no ando en conflictos
Caribes míos.
Yaqui Núñez del Risco escribió en referencia a Silvio Rodríguez que este “haciendo de poeta descubrió que era músico”, para nosotros Luis Días, es lo contrario; haciendo de músico, descubrió que era poeta.
Créditos
República Dominicana
1987
Título original: “Tránsito entre Guácaras”
Autor: Luis Días
Ilustraciones portada e interior: Susy Delmonte
Diseño portada: Luisa América Mateo
Caligrafía: Luis Días

Foto contraportada: Mariano Hernández
Para distribución y pedido: CEDEE

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