En su primera apertura en casi dos años debido a una cirugía Tommy John, el abridor de los Yankees ponchó a 6 en 4.2 entradas
PHOENIX. Veinticuatro horas o casi dos años.
Para el campocorto de los Yankees, Anthony Volpe, esa ausencia fue de un solo día, aunque el torpedero confesó sentirse muy mal del estómago. Para el abridor dominicano Luis Gil, ese período fue mayor – 609 días para ser exacto.
Ambos volvieron y guiaron el triunfo por 5-2 de los Yankees sobre los Diamondbacks en el Chase Field. Luego de quedarse fuera un día por un virus estomacal “realmente malo”, Volpe impuso un tope personal con una jornada de cuatro hits.
De su parte, en su primera apertura en casi dos años debido a una cirugía Tommy John, Gil amarró a Arizona a una carrera en 4.2 entradas, exhibiendo destellos de su recta de tres dígitos de velocidad para ponchar a seis bateadores.
“Sencillamente retira a los rivales”, expresó el receptor Austin Wells sobre la recta de Gil, que registró un promedio de 97.7 millas por hora.
“No tiene miedo a la hora de lanzarla en cualquier cuenta y hacia cualquier parte de la zona. Como bateador, cuando enfrentas a alguien así, te pone más presión. Su recta es una de las mejores en el juego, la mejor en el equipo”.