Luis Heredia Bonetti y Milton Ray Guevara

Luis Heredia Bonetti y Milton Ray Guevara

Los dominicanos no somos muy dados a honrar a nuestros mejores hombres y mujeres, por lo menos, no cuando están vivos. No somos muy inclinados a reconocer públicamente méritos ajenos, quizás porque pasamos 30 años rindiendo tributo a un tirano cuyo gusto por los homenajes y los títulos rimbombantes hizo historia, como es el caso del no por pocos añorado dictador Trujillo.

Y de los abogados ni hablar. Tributo a nuestros juristas casi siempre se les rinde cuando sus restos van rumbo al cementerio. A los pocos reconocimientos públicos a nuestros grandes juristas quizás contribuye el hecho de que el último y más grande que se haya hecho en nuestro país, al Lic. Federico C. Álvarez, no terminó bien. Y todo por no mencionar el nombre de Trujillo, lo que llevó a unas manifestaciones de forzada contrición por los abogados participantes en el referido homenaje y de obligado repudio al homenajeado en uno de los actos más viles cometidos en la Era de Trujillo. Los reconocimientos en la Era eran reservados al monopolizador de la estima nacional: el Jefe. La memoria de ese hecho abominable todavía pervive en los juristas que participaron en aquel homenaje a uno de los grandes juristas de Santiago y de la Nación y ha sido pasada, en especie de cultura oral, a las nuevas generaciones.

Por todo lo anterior, fue motivo de regocijo para la comunidad dominicana de abogados el justo reconocimiento realizado por la Fundación Institucionalidad y Justicia, Inc. (FINJUS) la semana pasada a dos de sus fundadores que, a la vez, son dos grandes juristas, de importantísimos aportes al país. En un emotivo acto celebrado en esta ciudad de Santo Domingo, el Consejo de Directores de la FINJUS reconoció las contribuciones realizadas a esa institución civil y a la sociedad por los doctores Luis Heredia Bonetti y Milton Ray Guevara. Ambos juristas, uno dedicado al Derecho privado, el otro al Derecho público, comparten un rasgo fundamental en sus vidas paralelas: ambos son lo más cercano a lo que podríamos llamar, robando la expresión anglosajona, “self made men”, es decir, personas que, por sus méritos propios y no heredados, en base al trabajo constante, han logrado labrar toda una carrera profesional, caracterizada por la excelencia, la honestidad a toda prueba y la voluntad de servicio a la comunidad y a la Nación. Una carrera que, en ambos casos, tiene proyección internacional y ha contribuido a poner en el mapamundi jurídico a una República Dominicana que hasta los 1980 solo aparecía como Galápagos aislada del resto de la comunidad jurídica transnacional.

De Heredia Bonetti es mucho lo que se puede decir pero, en el corto espacio de esta columna, hay que recordar que él es el creador de la primera firma jurídica dominicana donde sus socios solo están unidos por la profesión y no por vínculos familiares. De esa firma han salido eminentes profesionales, creadores a su vez de nuevos bufetes jurídicos profesionales, y cultores de esa rama del Derecho en la que Heredia Bonetti es pionero: el Derecho empresarial. A todo ello, el jurista suma sus constantes y valiosísimos aportes en el campo de la educación a través de su participación en la Universidad APEC, la fundación del “think thank” empresarial CEDEMPRESA, la extraordinaria labor de difusión jurídica a través de Coloquios Jurídicos, y su gran iniciativa de la Semana Dominicana en los Estados Unidos.

Ray Guevara, por su parte, no necesita presentación, pues su larga trayectoria política lo hace muy conocido entre los no juristas. Aquí, sin embargo, lo que vale es destacar el liderazgo del hoy presidente del Tribunal Constitucional en 4 grandes reformas: el Código de Trabajo de 1992, la reforma constitucional de 1994, la seguridad social en 2001 y la Constitución de 2010. Se trata de unas reformas que han transformado radicalmente el ordenamiento jurídico, político y social dominicano y en las que Ray Guevara ha aportado no solo su expertise de político que ha sido dos veces Ministro y Embajador, sino también el conocimiento que dan más de 4 décadas de enseñanza universitaria en PUCMM, de proselitismo académico en la FINJUS y de formación universitaria en Francia en los campos del Derecho Laboral y del Derecho Constitucional. Sin Ray Guevara, hay que decirlo, sin pecar de exagerados, es muy posible que hoy no tuviésemos ni Código de Trabajo, ni sistema de seguridad social, ni Constitución de 2010 ni Tribunal Constitucional, o, por lo menos, no con la configuración actual con que los conocemos.

Hoy, ante este merecido y oportuno tributo, y hablando en nombre de todos los abogados que los conocemos y apreciamos, proclamamos ¡qué bueno que FINJUS haya reconocido públicamente a estos dos eminentes dominicanos y juristas que tanto han contribuido y seguirán contribuyendo al desarrollo nacional!

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