Luís Llongueras fascina a clientes en demostración

Luís Llongueras fascina a clientes en demostración

El Salón Llongueras realizó una gran demostración de las habilidades del famoso estilista español y sus ya reconocidos cortes, postizos, pelucas, moños, los recogidos o el maquillaje.

Definido por el periodista alemán Matthias Fuchs, de la revista de peluquería Clips”, como el Dalí de los peluqueros, Llongueras se inició con humildad en el año 1958 junto a su hermano Enrique. Su padre, Antón Llongueras, modisto, tenía su taller en la casa. Luis creció observando a los clientes que buscaban en el diseño, la moda diferente y la seducción que en ese entonces estaba en el vestido. Se Inició peinando a las clientes de su padre, un conocido modisto de la “jet”, sin otro maestro que sus propias manos, así llegó a situarse entre los tres primeros profesionales del mundo.

Luis Llongueras es un artista que plasma sus genialidades en las cabezas femeninas y que trabaja los volúmenes del cabello como si se tratase de una escultura. Hoy día compagina su actividad como estilista con la realización de esculturas, inspiradas en el cuerpo y el espíritu femenino. También la cámara fotográfica le ha tentado y bel mundo del diseño es otro de sus hobbies. Numerosas exposiciones fotográficas y el diseño de su refugio-hogar de Formentera demuestran la gran habilidad de este hombre para todo aquello que tenga algo que ver con el mundo de las artes.

La relación entre los nombres Dalí y de Llongueras no se limita sólo a la genialidad de un periodista. Este peluquero conoció al “Divino” hace más de 30 años y desde entonces se estableció una cordial relación humana y profesional que perduró hasta la muerte del pintor.

Fruto de esta amistad y las largas charlas con Dalí surgió el proyecto de realizar una gigantesca peluca que sirviera de cortina para la habitación que el pintor dedicó a Mae West en su Teatro Museo de Figueras (España). Más de mil horas de trabajo dedicó el peluquero a su realización, trabajo que, según Llongueras, mereció la pena; está permanentemente expuesta en el Museo Dalí y figura en el libro Record Guinness de 1992 por ser la peluca más grande del mundo.

En los 60, mientras los “Beatles” y la minifalda hacen furor, Llongueras diseña espectaculares pelucas para modelos, actrices y aristócratas. Su amistad con Dalí marcó su estilo. Sus cortes son irregulares, creativos, informales, y a la vez elegantes. Se destaca por los cortes “dentados a pisos”, melenas con movimiento, ondas y cabellos lisos geométricos.

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