Luis Manuel Caraballo y su firme compromiso con los oprimidos

Luis Manuel Caraballo y su firme  compromiso con los oprimidos

El pais.Fotos de la calle Luis Manuel Caraballo, en el ensanche Capotillo es la antigua 38.Hoy/Pablo Matos 18-09-2020

La muerte le sorprendió apenas cinco días después de haber tomado posesión como diputado al Congreso Nacional tras el triunfo de Antonio Guzmán Fernández, que enfrentó con valor, respaldado por el pueblo y por el Partido Revolucionario Dominicano, las tramas balagueristas para impedir su ascenso al poder.

Luis Manuel Caraballo no logró alcanzar las conquistas por las que había expuesto su vida en los abusivos 12 años de Joaquín Balaguer. El 21 de agosto de 1978 falleció en un accidente automovilístico cuando regresaba del Cibao, donde viajó en su afán de constituir la Unidad Central de Trabajadores. Ya había estado en el Sur con esos fines junto a cañeros, trabajadores portuarios, del Consorcio Algodonero y obreros de sal y yeso.

Era tan firme su compromiso con los oprimidos, que horas antes del trágico suceso había declarado ante cientos de esperanzados jornaleros: “Yo lograré la unión de la clase obrera, y solamente la muerte podrá detenerme en ese empeño”. Y así ocurrió.

Tres años después de su repentino deceso, el Ayuntamiento del Distrito Nacional designó una calle con su nombre.

Caraballo llevaba la mitad de sus 42 años de edad en ese esfuerzo. Era un auténtico hombre del pueblo dolido por las injusticias que padecían hombres y mujeres en fábricas, bateyes, zonas rurales, multinacionales, emporios y otras empresas dominicanas.

Su sencillez no solo se apreciaba en la modestia de su indumentaria, en el rostro curtido por sus incansables caminatas bajo el intenso sol, sino también por los sentimientos manifiestos, acordes con su sentir y sus pobres orígenes.

Pidió que lo sepultaran en el cementerio de Los Minas, donde residía en humilde vivienda. Velaron sus restos en la funeraria La Altagracia en la que sobresalían de entre la gente sencilla acongojada, los altos funcionarios que acudieron a darle el último adiós: el presidente Guzmán y su vicepresidente Jacobo Majluta, quien apenas pudo articular palabras impedido por el llanto; José Francisco Peña Gómez, Pedro Franco Badía…, el gabinete completo y la cámara baja en pleno.

Abraham Bautista Alcántara, presidente de la Cámara de Diputados, reveló que fue enterrado en ese camposanto “tal como él lo había pedido, porque quería estar cerca de los obreros que tanto defendió”.

Ciertamente, Caraballo había iniciado su lucha laboral en el sindicato de la Textil Los Minas, del que fue fundador. Estaba al frente, además, de la Federación Única de Trabajadores del Distrito Nacional y dirigía sus esfuerzos a la formación de la Federación Única de Empleados Públicos.

Impulsivo y combativo. Es probable que al ejercer las funciones para las que fue electo, Luis Manuel Caraballo no hubiese caído en las tentaciones de corrupción que provocan el poder y las influencias. Por lo que manifiestan las crónicas de su historia, solo le animaba el bien común. Fue encarcelado 28 veces por su lucha laboral y en cada ocasión recibió torturas y golpes que le afectaron la columna vertebral.

No hizo acuerdos clandestinos con patronos injustos para sacar provecho del dominio que ejercía sobre las masas. Definido como impulsivo y combativo, se le atribuían ideas propias “y luchaba desaforadamente por ellas. Debido a sus creencias tuvo enfrentamientos, incluso, con algunos de sus partidarios”, según reseñó El Nacional.

Su elección le trajo una enorme alegría, “porque esperaba una legislación favorable a la lucha de la clase obrera”, agrega.

Trabajo Luis Manuel Caraballo.- Lograr la union de la clase obrera y solo la muerte podra detenerme en ese empeño. Luis Manuel Caraballo.

Urbano Terrero, un primo hermano que le acompañó en ese último periplo, pero se libró de la muerte porque se quedó en Los Alcarrizos, declaró que Caraballo “ya tenía elaborado un nuevo Código de Trabajo y pensaba someterlo al Congreso por la vía correspondiente. Decía que teníamos que quemar el Código Trujillo de Trabajo”.

Sobre la lucha, las labores y virtudes de Caraballo se pronunciaron también David Olivero Segura, diputado reformista por Barahona, y sus colegas congresistas Celestino Vásquez, Antonio García, Raúl García, Leonor Sánchez Baret, Ivelisse Prats Ramírez de Pérez.
El malogrado dirigente sindical había difundido propuestas “en cuanto a la modificación del Código de Trabajo, la inamovilidad de los dirigentes sindicales y defensa a los obreros y campesinos”.

El periódico Ultima Hora publicó en conmovedor editorial: “Pocas veces hemos sentido como propia una expresión de dolor colectivo como la que vimos ayer manifestada por tantos hombres y mujeres del pueblo al llorar la muerte del diputado perredeísta Luis Manuel Caraballo”. Lo describió como “esforzado batallador por su familia, con la que vivió en medio de severas estrecheces, y por su partido, al que dedicó su tiempo, su inteligencia y sus ilusiones”.

El padre de Luis Manuel, José Manuel Caraballo, dijo que era “un hijo bueno y ejemplar”.
El diputado se había casado por primera vez con Mercedes Díaz, madre de María Leticia, entonces de 11 años, y Migdalia, de 10. Su segunda esposa, Lourdes Rodríguez, se encontraba embarazada al momento de la tragedia.

El accidente se produjo en el kilómetro 13 de la autopista Duarte. El vehículo alquilado en el que se transportaba el legislador, se estrelló con un carro público cuyo conductor, Narciso Milano, “sufrió golpes de consideración”. Algunos pasajeros resultaron heridos. En el accidente también falleció el sargento del Ejército Nacional José María Hernández Almánzar, acompañante de Caraballo.

La calle. El Ayuntamiento del Distrito Nacional tomó en cuenta que Luis Manuel Caraballo fue “uno de los más honestos dirigentes de los trabajadores” y que “tanto en su vida pública como privada, fue un ciudadano ejemplar”, por lo que el 21 de octubre de 1981 designó con su nombre la antigua calle 38 del ensanche Capotillo.

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