San José de Ocoa, provincia de empinadas montañas rodeada de reservas naturales, justo en el centro del Parque Nacional Luis Quinn, comenzó a escribir hace más de medio siglo una nueva historia de realizaciones espirituales y materiales que deberá seguir evolucionando hacia una sociedad más inclusiva, con mayor compromiso social, que impulse un desarrollo reconciliado con la naturaleza.
Una historia de abnegación y sacrificio, iniciada en 1965 con la llegada de ese legendario sacerdote, que seguirá trunca hasta tanto se cumpla su incesante clamor: “Quiero una vida buena y abundante para todos”.
¡Para todos! Para todos los ocoeños y ocoeñas quería educación, salud y trabajo digno, igualdad de oportunidades y más equidad en la distribución de los bienes producidos por todos. Hacia esa meta conduciría la implementación de un plan global de desarrollo con mayor integración de los estratos medios y altos, que aproveche las potencialidades de la provincia, agrícolas, agroforestales, agroindustriales y ecoturísticas, generando riquezas para ¡todos!
Y en pos de tal propósito seguir la estrategia de desarrollo provincial a 20 o 30 planteada por Milcíades Mejía, asesor de la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa (Adesjo) y de Ocoa de Pie. Ese plan, en el que se priorizan aspectos que fueron aspiraciones del Padre Luis, podría estar avanzada -luego de ser consensuada-, para el centenario de su nacimiento en 2028.
El Padre estaba consciente de que su misión no había concluido, tenía proyectos pendientes y quería proseguirlos junto a su pueblo, del que no quería separarse, como evidencian sus últimas palabras:
“Tengo que vivir, amo a mi pueblo”.
Concluir su titánica obra, en la que tuvieron un rol protagónico las Hermanas Hospitalarias “San José”, monjas canadienses y estadounidenses, será el mayor tributo que pudiera rendirle la sociedad ocoeña.
Entre otras obras, emprender, bajo la dirección de Adesjo, tareas pendientes de gran trascendencia, incursionar en la agroindustria para que al tocar Ocoa el límite de las fronteras agrícolas, las siembras no sigan escalando las lomas. A la vez, invertir en la protección de las reservas naturales, asumiendo la responsabilidad de conservar las aguas que brotan de sus cuencas.
Aportes al desarrollo. Ocoa es una provincia clave por sus extraordinarios aportes al desarrollo del país, hace una valiosa contribución al Producto Interno Bruto (PIB) nacional con la producción de alimentos de calidad, suple agua potable y energía eléctrica limpia a una parte apreciable de la población dominicana.
Constituye un pulmón que purifica el aire y regula las temperaturas de la región, a través de los bosques que cubren sus montañas, las que hay que conservar, expresa Mejía, y agrega.
“Para que pueda continuar su labor productiva y perdurar los servicios ambientales que ofrece, hay que proteger sus invaluables cuencas hidrográficas, los fértiles suelos de valles y montañas, y para eso, se necesita apoyo sostenido del Estado, sola no puede”.
“Estamos rodeados de parques, Valle Nuevo, fuente del río Nizao, del que nos corresponde la zona de La Horma, el Parque Luis Quinn, el Caamaño Deño, está muy cerca. Entonces, Ocoa es fundamental para el desarrollo del país”, dice Carlos Mejía, presidente de Adesjo.
Se requiere de más apoyo para esos parques, a fin de proteger el agua que va al acueducto de Santo Domingo, y al canal Marco A. Cabral para agricultura y electricidad. Protegerlos es fundamental para la vida de Ocoa y del país. “Ocoa participa en su conservación, pero recibe pocos beneficios, debemos tener aquí parte de esa agua para la agricultura, energía y consumo y no la recibimos. Damos agua a otros sitios y nosotros no tenemos”, dice Juan Francisco Aguasvivas, director ejecutivo de Adesjo.
“El gran problema es que no hay inversión para la conservación. La cuenca del río Nizao suple agua a la presa de Jigüey y, por lo tanto, a Ocoa debe retornar un beneficio económico que le permita proteger esas fuentes de agua”.
Eso no ha ocurrido, para esa protección no han recibido apoyo de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales ni del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, de ninguna institución estatal.
No es suficiente. Esta provincia ha realizado un denodado esfuerzo productivo. Pero no basta. “Nuestro pueblo tiene que continuar apostando a su verdadero desarrollo y autosuficiencia, buscar alternativas de largo alcance y apoyo oficial, indica Mejía y agrega:
Los ocoeños debemos poner la imaginación y nuestras fuerzas al servicio de esta meta, pilares que soportan un modelo de gestión que propicie la sostenibilidad, sea participativo, inclusivo, propositivo y posible. “Sin embargo, solo se podrá lograr con la participación decidida y comprometida de todos los sectores trabajando de forma coordinada, responsable y respetuosa”.
Deberá contar con una dirección colegiada que garantice la gobernabilidad, con una articulación público-privada y tener una visión clara de responsabilidad social corporativa. Con asesoría de expertos en planificación estratégica, formular planes y proyectos en los que estén claramente definidos los principales ejes del desarrollo.
Estrategia de exportación. El plan propuesto por Mejía incluye una estrategia de exportación, fortalecer y ampliar la producción introduciendo nuevos cultivos con alta demanda internacional y conquistar nuevos nichos de mercado. Además:
__Continuar desarrollando las habilidades de exportación, comercializando directamente con los exportadores, a fin de disminuir la intermediación, lograr mayores ganancias y generar más divisas a país.
__Promover la instalación de industrias, algunas asociadas a la producción agropecuaria, que procesen y empaquen excedentes de las cosechas, que muchas veces se pierden por falta mercado. Así, se crearían fuentes de empleo, se agrega valor a los productos y se incrementan las ganancias de los agricultores.
El plan abarca un modelo de consumo ecológicamente amigable con el medio ambiente, usando energías alternativas en los procesos productivos: hidroeléctrica, eólica, paneles solares, bio-digestores y micro turbinas. Asimismo, un programa de construcción de presas, acueductos y reservorios, a fin de mejorar y eficientizar el uso del agua para consumo humano, la agricultura e industria; implementando un manejo sostenible de las cuencas hidrográficas y cuidando las áreas protegidas dentro de los límites geográficos provinciales.
Sin pausas ni prisas que lleven a la improvisación, esta provincia debe seguir avanzando, tal como decía el Padre Luis: “Espero que cada paso que se de en este pueblo sea de avance, que no echemos hacia atrás, que el avance sea quizás despacio, pero siempre adelante, pues tenemos un compromiso con al juventud del pueblo dominicano”.
Con las enseñanzas del Padre como norte, Ocoa seguirá escribiendo la historia iniciada por el venerado sacerdote, buscando, como él, un desarrollo inclusivo, tornándolo fuerte y resistente como los guayacanes que en sus montes toman alturas en busca del otro “Guayacán”, con el que competían en reciedumbre.
1. Aportes de SJO al país
Los aportes de la provincia de Ocoa al país, dependerán de la protección que se continúe dando a las cuencas hidrográficas de los ríos Ocoa y Nizao, entre otros afluentes que nacen en sus montañas. Suple unos 244 megavatios/hora al sistema eléctrico nacional a través del complejo hidroeléctrico Jigüey – Aguacate – Valdesia y el contraembalse de Las Barías, sobre los ríos Nizao, Mahoma y Mahomita; además de las aguas que brotan de sus montañas y alimentan los caudales de los ríos Las Cuevas, Maimón y el Yuna, que también producen electricidad, agua potable para riego y uso industrial, utilizadas en las regiones sur y nordeste del país.
2. Valdesia
De la presa de Valdesia y contra embalse Las Barías suple 5 metros metros cúbicos por segundo (4,761,000 galones de agua por hora) a los acueductos del Distrito Nacional y San Cristóbal, y derivará tres m3/ seg al acueducto de Bani. Se irrigan más de 355 mil tareas con las aguas superficiales y 20 mil con las subterráneas, en la parte baja de las provincias Peravia y San Cristóbal, cuya producción de alimentos no sería posible sin las aguas de los ríos Nizao y Ocoa que nacen en sus montañas.
3. Servicios ambientales
Esas cifras no incluyen los inestimables servicios ambientales que Ocoa brinda, valoración que deberán estimar técnicos y autoridades provinciales, como parte de una estrategia tendente a destacar sus grandes potencialidades y Ocoa pueda exigir que en la Ley de Presupuesto Nacional de cada año, se destine una partida equivalente a la volumen de la producción provincial, de modo que los problemas ancestrales se solucionen definitivamente. Diligenciar que la provincia sea incluida en el sistema de pago por servicios ambientales, lograr la creación de una tarjeta verde de compensación forestal y ambiental.
Ocoa busca desarrollar el ecoturismo
San José de Ocoa (SJO), declarada “Provincia Ecoturística” mediante la ley 151 del 2004, está dotada de atributos naturales, paisajísticos, geográficos y culturales, que la convierten en un destino atractivo para el turismo de montaña.
A través del Fondo de Desarrollo Ecoturístico de SJO (Fondeprosjo), la provincia procura explotar sus riquezas naturales, paisajes, el relieve topográfico, ríos, calidad de la gente, su amabilidad. Convertir el ecoturismo en un eje de desarrollo económico. Una parte considerable de territorio provincial es ocupado por un intrincado sistema montañoso, fértiles valles intramontanos, excelentes condiciones climáticas, vegetación húmeda circundante, paraísos para el disfrute de la naturaleza.
“Los amantes de la naturaleza y las ciencias naturales-dice Milcíades Mejía- tienen en nuestra provincia motivos más que suficientes para la observación, contemplación y para emprender y realizar investigaciones, adentrándose en nuestros ecosistemas montañosos, en los Parques Nacionales de nuestro territorio, en los que cohabitan una diversidad alta de plantas y animales, representativos de la flora y fauna de Isla Española.