Luis Scheker Ortiz – El socialista sentimental

Luis Scheker Ortiz – El socialista sentimental

«…Pero aquí lo grave es que el partido va perdiendo el respeto de la gente, y después del respeto se pierde el voto…», apuntaba, Bustarviejo, el socialista histórico.

La frase resultaba demasiado familiar. Demasiado Impactante. Parecía extraída de la realidad nacional. De la tragedia del PRD o mejor del PPH, que secuestró el socialismo democrático para su provecho. Pero le sirve y le viene de cajón a otros partidos, que hace tiempo perdieron el respeto de la gente.

La extraje, sin embargo, de un libro fascinante «El Socialista Sentimental». una novela sobre el desencanto político Un relato que nos viene al dedillo intercambiando circunstancias y personajes centrales, los que juegan con la ilusión de los pueblos, con los sentimientos de los más ingenuos. que terminamos pagando sus felonías.

Francisco Umbral , su autor, nos trae en esta entrega una novela realista, donde se mezclan utopías, fracasos y ambiciones que lidian por sobreponerse en una España insólita, mitad franquista, mitad socialista, que no alcanza su madurez.

El fracaso del gobierno de PSOE bajo el mandato de Felipe González » un socialista sin principios», «donde la banca se ha comprado una democracia»y de una España atrapada dentro de un europeísmo «liberal, anticomunista y financiero,» simpatizante de la OTAN, sirve de trasfondo al análisis del «Felipismo «que está destruyendo o privatizando las fuentes de trabajo y la riqueza» por un lado, y a una derecha tenaz que acecha, porque se cree dueña segura y única de España y que encuentra en Aznar, » de los aznares franquistas», «un tipo con pocas luces y mucho aguante que a veces son los mas peligrosos», (como quedó demostrado con la Guerra contra Irak).

Para Felipe , «la política es habilidad, alacridad, mentira, y si se quiere mentira honesta, graciosa, pero sobre todo graciosa» , y «el peligro es que se quede en la gracia o se pasen de graciosos» Lo dicho contrasta con la percepción de los falangistas , Aznar a la cabeza, un funcionario aplicado, un funcionario del Estado, con un sentido patrimonialista de España, que no entiendo el juego de la democracia.

Entre estos dos polos políticos, se arrastra (los votos se cuentan, no se pesan) la base de los partidos , fanatizada (depauperada) y el drama de los propios partidos y sus dirigentes, «más fieles y dedicados a la causa (partidaria) que a entender la causa» (de su existencia) Una victoria pírrica, que anuncia un fracaso a largo plazo, es mas importante que la autocrítica, el reconocer los errores, aprender de ellos, y renovarse porque sigue siendo mas importante para los dirigentes y su militancia pertenecer a un partido, que estar fuera de él, limpio de conciencia.

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