Luisiana espera la llegada del huracán Katrina

Luisiana espera la llegada del huracán Katrina

NUEVA ORLEANS (AP).- Las autoridades instaron el sábado a algunos residentes de las áreas bajas del estado de Luisiana a prepararse para evacuar sus viviendas y Misisipí declaró una emergencia en momentos que el huracán Katrina parecía apuntar a la región al fortalecerse en las aguas cálidas del Golfo de México.

«Esta no es una prueba», expresó el alcalde de Nueva Orleans C. Ray Nagin en rueda de prensa. Dijo que probablemente ordenará a la población de las áreas bajas que evacue en las primeras horas del domingo y expresó que un estadio podría convertirse en un refugio para las personas que no tienen automóviles para irse del área.

Las autoridades de Luisiana y Misisipí dispusieron que todos los carriles de las carreteras Interestatal 55 y 59 tuvieran una única dirección, hacia el norte, para facilitar la evacuación.

El huracán amenaza con tocar de nuevo tierra el lunes, tras azotar el sur de la Florida y ocasionar siete muertes.

El Centro Nacional de Huracanes de Miami emitió un aviso de huracán para una parte de la costa este de Luisiana, incluyendo a Nueva Orleans. Esto significa que es posible que se presenten las condiciones de un huracán para el domingo. Es probable que el aviso sea extendido después a otras áreas, desde Luisiana hasta el extremo noroeste de la Florida.

Katrina era el sábado una tormenta de categoría tres, con vientos sostenidos de 185 kilómetros (115 millas) por hora y ráfagas más fuertes. La escala que mide la intensidad de los huracanes va del uno, para el más leve, al cinco, para el más devastador.

Pero el centro de huracanes dijo que era probable que se fortalezca aún más en el Golfo de México, donde la temperatura de las aguas superficiales alcanzaba los 32 grados centígrados (90 grados Fahrenheit). Podría convertirse en un huracán de categoría cuatro, indicó el centro.

«En este momento, pareciera que Luisiana podría ser golpeada de manera directa», expresó la gobernadora de Luisiana Kathleen Blanco. «No hay buenos presagios para el sudeste de Luisiana», sostuvo.

Las evacuaciones obligatorias o voluntarias de Luisiana incluían a Grand Isle, St. Charles, Lafourche, Terrebonne, Plaquemines y St. Bernard.

El gobernador de Misisipí Haley Barbour, en tanto, declaró el estado de emergencia y el director de su agencia de administración de emergencias, Robert Latham, instó a los residentes de las áreas costeras que no esperaran las órdenes de evacuación obligatoria.

«Se que hemos hecho estos ejercicios dos o tres veces en los últimos meses, pero no podemos tomar a la ligera a esta tormenta», declaró Latham.

El director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por su nombre en inglés), pidió a la gente que se anticipara a las órdenes de evacuación.

«Estoy muy preocupado por la gente de Misisipí y Luisiana que ha visto cómo han golpeado estas tormentas en los últimos dos años a Florida y Alabama, y podrían tener una actitud un tanto displicente con esto», sostuvo el director de FEMA, Michael Brown, en declaraciones a Radio AP.

El gobernador de Alabama, Bob Riley, dijo que había ofrecido asistencia a Misisipí y Luisiana.

A las 18.00 GMT, el ojo del huracán estaba localizado a unos 628 kilómetros (390 millas) al sudeste de la boca del Río Misisipí, y a unos 370 kilómetros (230 millas) al oeste de Cayo Hueso, en la Florida. Se desplazaba a unos 11 kilómetros por hora (7 millas por hora) con dirección oeste, y se esperaba que fuera girando gradualmente hacia el oeste-noroeste, dijo el centro de huracanes.

Los vientos con fuerza huracanada se extendían unos 64 kilómetros (40 millas) desde el centro, indicaron los expertos.

Katrina era un huracán de categoría uno, con vientos de 129 kph (80 mph) cuando castigó el jueves al sur de la Florida, derramando unos 51 centímetros (20 pulgadas) de agua. Algunas compañías de riesgo han estimado que los daños asegurados podrían oscilar entre los 600 millones de dólares y los 2.000 millones de dólares.

Las compañías de electricidad continuaban el sábado sus esfuerzos por restablecer la corriente a unos 850.000 clientes del sur de la Florida, víctimas de un extenso apagón que abarcó inicialmente más de un millón de usuarios.

Los funcionarios federales y estatales, por su parte, comenzaban la tarea de evaluar los daños sufridos en el sur del estado y abastecer de agua, hielo y comestibles a la población de las zonas más afectadas.

La Florida ha sido castigada por seis huracanes desde agosto pasado. El noroeste del estado fue azotado en el 2004 por el huracán Iván y este año por Dennis, ambos de categoría tres.

La temporada de huracanes del Atlántico comenzó el 1 de junio y se extiende hasta el 30 de noviembre.

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