Lujo ultrasofisticado en París

Lujo ultrasofisticado en París

PARÍS, EFE.- Alta costura «sí», alta costura «no», alta cost… Así continúa impertérrita la margarita del futuro de esta moda lujosa de creación artesanal, cuyos grandes artífices desgranan sus ideas para la primavera-verano 2005 a partir del lunes.

Esencial para algunas firmas –muy pocas–, como Dior o Chanel, importante para otras, carga difícil de soportar para muchas e insostenible para las más numerosas, la alta costura, uno de esos exquisitos productos puramente franceses, ha ido aligerando su calendario año tras año hasta límites insospechados.

Este mes de enero bate un récord con la presentación para la próxima temporada estival, pues la densa semana de desfiles de alta costura de antaño quedó convertida en una miniserie de colecciones de no más de tres días oficiales.

Luego está el «off», con unos 25 candidatos la semana próxima a entrar un día a formar parte del elenco, por rozar ya las claves de la alta costura en algunos aspectos o al menos intentarlo, además de contar con aquellos que, lejos de toda aspiración, aprovechan la ocasión que brinda el calendario para lucir pasarela parisiense.

Entre tanto, cierto, habrá tres días de lujo ultrasofisticado y precios inabordables, en ocasiones de una belleza y complejidad raras, con no más de diez grandes nombres en la cartelera de la Cámara Sindical de la Alta Costura para sostenerlos, aunque no todos ellos precisamente consagrados.

Frente a los casi treinta inmensos modistos que a finales de la década de los años 80 cumplían los estrictos requisitos de la etiqueta «Alta Costura», aligerados en 2001 en aras de la supervivencia, o los 106 que la portaban al término de la Segunda Guerra Mundial.

En los albores del siglo XXI, la escueta agenda del lujo se enriquece, al igual que a finales del XX, con los «miembros corresponsales», que ayer lunes contaron con la presencia estelar del retorno a las pasarelas de París de Giorgio Armani.

La colección de Armani acompañará la del ya habitual Valentino, en ausencia, por segundo año consecutivo, de un tercer italiano, Versace.

Siete «miembros invitados» de diferentes países y clientelas completan el programa, entre ellos Elie Saab, célebre por sus modelos para la reina Rania de Jordania, el estadounidense Ralph Rucci, y el italiano Maurizio Galante.

Laurent Mercier, Marc Le Bihan, ‘On aura tout vu’ y Stéphane Saunier, figuran en esta lista que acompaña la oficial, encabezada por las dos superfirmas Dior y Chanel y sus respectivos supermodistos, el gibraltareño John Galliano y el alemán Karl Lagerfeld.

Con ellos desfilarán en primera línea Adeline André, Dominique Sirop, Emanuel Ungaro, Franck Sorbier, Givenchy, Jean-Luis Scherrer y Christian Lacroix, cuyo contrato está en plena renegociación para su salida del grupo número uno mundial del lujo, LVMH, tras casi dos décadas de déficit continuado.

Visto desde este ángulo, el panorama no parece brillar en exceso, y, sin embargo, durante tres días, el mundo podrá soñar y disfrutar de esta particular manera de entender la belleza y la industria de la indumentaria.

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