RIO DE JANEIRO, AFP. – La última jornada de desfiles de Carnaval en el Sambódromo de Rio de Janeiro estuvo pautada este martes por mucho lujo y color para tratar temas relativos a la cultura africana, la discriminación racial y un viaje a través de la historia de la fotografía y el deporte.

Casi 70.000 personas vieron pasar en la pasarela de la avenida Marqués de Sapucaí decenas de carrozas, muchas de gran originalidad, y a más de 27.000 integrantes de siete escolas de samba, que dejaron mucho entusiasmo para exponer en 80 minutos sus contagiantes »enredos» (canciones temáticas). El brillo lo aportaron las tradicionales escolas Salgueiro, Beija Flor y Portela.

Porto da Pedra abrió con la samba «Blanco y negro en colores», un manifiesto contra el fenecido »apartheid» sudafricano, apoyado en imágenes dramáticas como el cuadro «El Grito» de Munch.

Los integrantes de la escola resaltaron la lucha contra la discriminación racial en Sudáfrica y a su paladín, el ex presidente Nelson Mandela, preso político durante 28 años y cuya imagen fue usada en algunas máscaras.  De su lado, Unidos da Tijuca llegó con vistoso despliegue visual. El enredo «De lambida en lambida, Tijuca da un click en la avenida» fue un recorrido por la historia de la fotografía, desde su inicio con la caja oscura hasta la cámara incorporada al teléfono celular.

La escola auriazul hizo cantar y bailar a miles, exponiendo ingeniosas carrozas que entre otras representaban al fondo del mar, la sensualidad de la fotografía publicitaria y las imágenes digitales o teléfonos celulares: «La lente es pura emoción….», cantó Unidos.

  «Candaces» fue el tema de Salgueiro, que innovó con un estribillo cantado en dialectos africanos, para alabar el poderío de las dinastías de reinas guerreras del Africa Oriental.

 Unas 3.800 personas en finos atuendos con predominio de marrón y dorado se pasearon emulando al antiguo Egipto o mostrando el auge de la esclavitud.

 Vientos de triunfo soplaron al surgir en el área de concentración la campeona de los campeones, la popular Portela –21 cetros carnavaleros–, con su tradicional águila en carrozas y vestidos para presentar «Los Dioses del Olimpo en la Tierra del Carnaval…».

 Buena parte de las tribunas se enfervorizó. Un gran carro con un águila gigante azul y una espectacular vedette encabezó a los 4.800 integrantes para brindar una oda a dioses griegos del deporte olímpico y a los Juegos Panamericanos, a disputarse en julio próximo en Rio.

 Luego llegó Imperatriz Leopoldinense, que exhibió un enredo basado en el consumo popular del bacalao y un ala de percusión con pegajoso tema. En pista generó revuelo la presencia de la ex novia del rockero inglés Mick Jagger, la presentadora Luciana Giménez.

 El canto al bacalao motivó el apoyo económico a esta escola del gobierno noruego, uno de los principales exportadores. Así desfilaron grandes carrozas y alas repletas de alusiones al pez, sin faltar menciones a la mitología nórdica, navegantes vikingos o hadas.

 Grande Rio, que tiene apoyo de muchos actores famosos y padrinazgo del «Rey del Samba», Zeca Pagodinho, salió al ruedo destacando la historia y potencial de la periférica Duque de Caxias, área de refinerías petroleras. El contratiempo estuvo con un carro que resultó incendiado afuera del Sambódromo.

«Soy de Duque de Caxias, soy pura energía, suficiente para alegrar tu corazón», cantaban a más no poder los 3.600 integrantes apoyados por su estruendosa batería, que tenía como reina a la impactante actriz, Grazi Massafera, dueña de los flashes por muchos minutos.

El cierre fue para Beija Flor que, con muchos simpatizantes y lujo en sus »fantasías», incurrió en la exaltación de la raza negra con su »enredo» «Africa: de la cuna real a la corte brasileña».

La escola del «picaflor» de Nilópolis –ciudad frente a Rio– cantó a la dinastía de reyes y reinas negras traídas por los colonizadores durante el auge de la esclavitud: «Agoyé, el mundo debe el perdón/A quien sangró por la historia/Africas de lucha y gloria», cantó Beija Flor.

El miércoles próximo se conocerá la escola ganadora del Carnaval, que recibirá el cetro que hoy ostenta Vila Isabel.