Río de Janeiro, (EFE).- El socialista Partido de los Trabajadores (PT), del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, anunció que aprobó ayer una estrategia de alianzas con casi todas las demás organizaciones políticas del país para las elecciones de este año.

El plenario del décimo tercer “Encuentro Nacional” del PT, que se lleva a cabo este fin de semana en la ciudad de Sao Paulo, aprobó una enmienda propuesta por el propio Lula “permitiendo conversaciones abiertas con todos los partidos aliados al gobierno”.

Las coaliciones a escala nacional y en cada uno de los estados y municipios “serán basadas exclusivamente en compromisos programáticos y participación de los gobiernos”, según el documento.

Esta decisión da al PT un amplio margen de maniobra para asociarse a partidos de izquierda, centro y derecha. Los únicos que quedan fuera del mercado de alianzas son el socialdemócrata Partido por la Social Democracia Brasileña (PSDB), del ex presidente Fernando Henrique Cardoso y el derechista Partido del Frente Liberal (PFL).

Ambos son acérrimos enemigos históricos de Lula y el PT.

Entre los 1.200 delegados del PT que participan en el encuentro prosperó la tesis de los más moderados, frente a una corriente de izquierda que proponía restricciones a priori a alianzas con partidos de derecha y de centro.

En octubre más de cien millones de brasileños elegirán presidente, gobernadores, diputados y senadores del Congreso.

Lula es el favorito para vencer las presidenciales, frente al actual gobernador del estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, candidato del PSDB.

En el documento el PT reafirma que en 2006 espera vencer las elecciones y para un segundo mandato necesitará “de una gobernabilidad de todo tipo”, que supone “una combinación adecuada entre la fuerza parlamentaria”, y presencia en los gobiernos de estados y municipales, entre otros puntos.

“Esa gobernabilidad comienza a ser construida desde ya” señala el texto.

El PT, nacido al fragor de las luchas sindicales en la gran zona metropolitana de Sao Paulo hace más de dos décadas ha adoptado un tono moderado “de centro” desde que Lula asumió el poder y ha formado una coalición sin distingos ideológicos.

Sus disidentes afirman que la organización llegó a hacer “alianzas inmorales” con la derecha y que ha mantenido una política económica neoliberal que beneficia a los capitales financieros y es una continuidad de la de Cardoso.

El Encuentro también designó hoy al presidente del partido, Ricardo Berzoini como coordinador general de la campaña electoral y articulador de las alianzas.

“Considerando toda la diversidad política de Brasil y el hecho de que las instituciones partidarias brasileñas no son homogéneas, no hay razón para hacer restricciones y distinciones que puedan perjudicar las alianzas”, dijo Berzoini.

Lula intervino ayer en el primer día del encuentro nacional y aunque dijo que no ha decidido si será el candidato del PT, nadie en la organización duda en la nueva postulación del ex líder obrero.

El presidente y su vicepresidente José Alencar, un empresario de derechas, fueron aclamados y vitoreados por los delegados al encuentro, que terminará mañana domingo.