El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó este jueves que no se discutiera sobre el hambre ni la pobreza durante la reciente cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea en Bruselas.
“Era muy curioso porque el hambre es una cosa que no se discute, la pobreza es una cosa que no se discute”, señaló durante la sanción de un programa para combatir la inseguridad alimentaria en Brasil, donde 21 millones de personas pasan hambre, según los últimos datos de la ONU.
El mandatario aseguró que la comunidad internacional podría acabar con el hambre si se le destinaran los más de 2 billones de dólares que el mundo gastó en armamento desde el inicio de la guerra en Ucrania.
«¡Imaginen lo que el mundo podría gastar si estuviera preocupado por el hambre!”, exclamó.
En ese sentido, Lula propuso a los países europeos un “compromiso” para que perdonen las deudas a los Estados africanos para que estos destinaran los recursos a combatir el hambre de sus habitantes.
“Me puse a imaginar que, si el mundo fuera más humano, los países detentores de la deuda hicieran el siguiente compromiso- ‘A partir de ahora, no tienen que pagar esa deuda, lo que necesitan es gastarla en alimentación para el pueblo”, lanzó.
Los programas sancionados por Lula este jueves establecen que un mínimo del 30 % de las compras públicas de alimentos sea adquirido a pequeños agricultores o cooperativas para luego canalizarlos a escuelas públicas, hospitales federales, Ejército y ministerios.
El Programa de Adquisición de Alimentos es uno de los proyectos insignia de Lula desde que lo creó al inicio de su primer Gobierno, en 2003 y, con su vuelta a la Presidencia, ha buscado rescatarlo después de años sin casi recursos.