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BRASILIA (AFP).- El Partido Socialista Brasileño (PSB) confirmó ayer, martes, que decidió no apoyar formalmente la candidatura a la reelección del presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Dos factores alejaron al PSB de la alianza formal: una nueva legislación que borra del mapa político a los partidos que no consigan al menos 5% de representación en el Congreso, y un desencanto con la decisión de Lula de no contar con esa organización para elegir a su candidato a la vicepresidencia, informó a la AFP el vicepresidente de los socialistas, Beto Albuquerque.
No podemos poner en riesgo al partido, esa cláusula del 5% nos obliga a conseguir el máximo de votos en estas elecciones. Si Lula nos hubiese ofrecido nombrar al vicepresidente, aún tendríamos una razón, pero no fue así, dijo Albuquerque. El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de Lula ignoró a un aliado tradicional, lamentó.
El PSB, que aspira en las elecciones de octubre a duplicar los 22 diputados al Congreso que consiguió en 2002 y elegir 4 gobernadores en los estados, apoyará a Lula informalmente. El PSB fue aliado formal de Lula en las elecciones de 1989, 1994 y 1998.
No hay divergencia en el PSB en cuanto a que apoyamos la reelección de Lula, solo que no será en forma de alianza formal, dijo el dirigente.
El PT de Lula esperaba cerrar esa alianza formal con la izquierda representada por el PSB y el Partido Comunista do Brasil (PCdoB), que entre varios aspectos le hubiera garantizado aumentar sensiblemente su tiempo de propaganda gratuita en radio y televisión. El PCdoB decidirá esta semana si aprueba la alianza formal con Lula.
El presidente tiene actualmente apoyo apenas del recién creado Partido Republicano Brasileño (PRB, ligado a la Iglesia Universal del Reino de Dios) del industrial conservador y actual vicepresidente José Alencar.
Lula había ofrecido la vicepresidencia al centrista Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), esperando cerrar una alianza con este. Sin embargo, el PMDB, el mayor partido del país pero dividido entre opositores y partidarios del gobierno, rechazó cualquier alianza.
También el Partido Popular Socialista (PPS, ex comunista) rechazó aliarse con Lula y llamó a votar en octubre por su principal adversario, el socialdemócrata Geraldo Alckmin.
Pese a no contar con una amplia alianza de partidos, Lula es favorito a la reelección, con más de 20 puntos de ventaja sobre Alckmin. Los analistas debaten sin embargo el efecto que la reciente crisis política tendrá sobre su Partido de los Trabajadores (PT), que puede resultar diezmado tras las acusaciones de financiamiento ilegal del último año.
