BRASILIA (AFP).- Los brasileños parecen decididos a asegurar la reelección del presidente Luiz Inacio Lula da Silva en los comicios del domingo pese al escándalo que sacudió el tramo final de su campaña y al crecimiento del socialdemócrata Geraldo Alckmin. Si las elecciones fuesen hoy, Lula, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), obtendría 59% de los votos válidos (excluyen votos en blanco, nulos e indecisos), frente a 32% para Alckmin, dice un sondeo del instituto Sensus realizado del 22 al 24 de setiembre.

La anterior encuesta Sensus, realizada del 21 al 25 de agosto, atribuía 62,5% de votos a Lula y 24% a Alckmin.

Lula tendría que perder entonces nueve puntos porcentuales para caer por debajo del 50% que le obligaría a disputar una segunda vuelta el 29 de octubre. Alckmin negó validez a esos datos, y se dijo convencido de que conseguirá arrastrar a Lula al balotaje, el 29 de octubre.

“Sólo hablo de cosas serias. Esa encuesta es un escándalo. Anoten esos números, y conversaremos el domingo después de la elección”, dijo.

En la campaña de Lula aseguran en cambio que los datos de Sensus coinciden con los sondeos telefónicos que realizan a diario. Pero no por eso cantan victoria, después de las convulsiones de los últimos diez días que provocaron la destitución del coordinador de la campaña, Ricardo Berzoini (presidente del PT) y pusieron al mandatario a la defensiva.

“Hay pocos riesgos de que las cosas cambien. Pero cada día pueden surgir problemas”, dijo uno de los responsables de la campaña a la AFP. La agitación comenzó, el 15 de septiembre cuando dos personas vinculadas al PT fueron detenidas con el equivalente 800.000 dólares, supuestamente destinados a comprar informaciones perjudiciales sobre Alckmin y el candidato socialdemócrata a la gobernación de Sao Paulo, José Serra.

Desde entonces, la crónica policial y la política se entremezclan. La justicia electoral emplazó el martes a Lula a presentar su defensa en un plazo de diez días, en el marco de una causa que pide la anulación de su candidatura por ser supuesto beneficiario de “abusos de poder” relacionados con la tentativa de compra de documentos.

Un Procurador General acusó además el lunes a 33 personas -entre ellas un ex ministro de Salud de Lula y un ex tesorero del PT- de integrar la llamada “mafia de los vampiros”, que desviaba recursos públicos para compra de hemoderivados.

Sensus interrogó a los encuestados sobre el impacto del escándalo de la compra de informaciones: entre quienes afirmaron estar al tanto de lo ocurrido (59% del total), la mayoría (52%) cree que Lula no será perjudicado por las relevaciones, contra un 44% que cree que sí.  Un 5% dijo que antes iba a votar por Lula, pero que finalmente no lo haría a causa de las revelaciones.