NACIONES UNIDAS (AP).- El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva advirtió el martes que «no habrá seguridad ni estabilidad en el mundo hasta que se establezca un orden más democrático y justo»», al inaugurar la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.

   Lula, quien antecedió en el derecho de palabra a su colega estadounidense George W. Bush, agregó que la «paz nunca surgirá de la pobreza y el hambre»» y que «en 54 países, el ingreso per capita es menor de lo que era hace diez años. En 34 países, la expectativa de vida ha disminuido. En 14, una mayor cantidad de niños mueren de hambre»».

   El mandatario brasileño dijo que «el camino a la paz duradera debe incluir un nuevo orden político y económico»», para lo cual es necesario «una reforma del modelo de desarrollo global»».

   Lula insistió en la necesidad de «un cambio importante en los flujos financieros provenientes de los organismos multilaterales internacionales»» y especificó que el Fondo Monetario Internacional «debe ser capaz de brindar la garantía y liquidez necesarias para inversiones productivas –especialmente en infraestructura, vivienda y sanidad– y que también puede restaurar la capacidad de pago de los países pobres»».

   Lula explicó que en su búsqueda de acuerdos más justos y equitativos, «Brasil adoptó pasos fundamentales»» en la última reunión de la Organización Mundial de Comercio para eliminar «restricciones abusivas que perjudican a naciones en desarrollo»».

   «Es esencial continuar procurando una nueva geografía comercial y económica mundial que, si bien mantenga los lazos vitales a países desarrollados, permita el establecimiento de puentes sólidos entre los países del Sur, que han permanecido aislados entre sí por demasiado tiempo»», dijo.

   El líder brasileño se refirió a su convocatoria de la víspera para organizar la lucha contra la pobreza mundial, y la presentó como un medio que «brindará mejores recursos para alcanzar la metas establecidas en la Cumbre del Milenio»» sobre la erradicación del hambre.

   Al referirse a América Latina en particular, Lula dijo que «pese a graves problemas económicos y sociales, una cultura de paz prevalece en nuestra región»», y reiteró el compromiso de su país al logro de una América del Sur «unida, próspera y políticamente estable»».

   Dedicó un espacio al «llamado de las Naciones Unidas que Brasil y otras naciones latinoamericanas han respondido»» en Haití, donde «la promoción de desarrollo equitativo es crucial para abordar las causas centenarias de inestabilidad»».

   Cuando mencionó las 1.700 víctimas causadas por ataques terroristas este año en Madrid, Bagdad y Yakarta, Lula señaló que «la humanidad está perdiendo la lucha por la paz»».

   En cuanto a la debatida reforma de la ONU, Lula dijo que «su composición debe reflejar la realidad actual, y no perpetuar la era posterior a la Segunda Guerra Mundial. Propuestas de reforma que simplemente dan nueva ropa a las estructuras actuales y no proveen un incremento en la cantidad de miembros permanentes son claramente insuficientes»». Brasil ha expresado su deseo de ocupar un puesto permanente en un Consejo de Seguridad reformado.