Sao Paulo (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó ayer que el Ejército puede desplegar 10.000 soldados en las calles de Sao Paulo para combatir al crimen organizado en ese estado, el más rico y populoso del país. “En la medida en que haya necesidad, el Ejército tiene 10.000 hombres para ayudar a la Policía Militar de Sao Paulo, al estado de Sao Paulo y principalmente a la sociedad paulista, que no merece pasar por lo que está pasando”, dijo Lula a periodistas al visitar un batallón de artillería en Barueri.

Lula hizo referencia así a las olas de violencia desatadas en los últimos meses por la mafia de presos Primer Comando de la Capital (PCC), una banda que desde las prisiones controla el crimen organizado en Sao Paulo.

La primera ofensiva del PCC, en mayo pasado, dejó 133 muertos y una segunda arremetida, en julio, causó ocho víctimas, mientras que otras acciones perpetradas esta semana dejaron seis supuestos delincuentes abatidos por la policía.

Agregó que “el Estado brasileño, el estado de Sao Paulo y la sociedad tienen que vencer a los bandidos” y subrayó que “no podemos ser amenazados ni derrotados por el bandidaje”.

Sin embargo, el gobernador de Sao Paulo, Claudio Lembo, que se reunió hoy con Lula, rechazó una vez más la posibilidad de que tropas federales ayuden a combatir la delincuencia del estado.

Lembo destacó que las policías Militar y Civil paulistas están cada vez más integradas con los órganos de seguridad nacionales y que no hay necesidad de refuerzos militares.

Lembo pertenece al opositor Partido Frente Liberal (PFL) y en opinión de analistas políticos, rechaza la presencia de tropas federales para que Lula, que aspira a la reelección en los comicios de octubre próximo, no use la violencia en Sao Paulo con motivos electorales.

El principal rival de Lula es el socialdemócrata Geraldo Alckmin, quien durante los últimos cinco años fue gobernador de Sao Paulo, cargo al que renunció en marzo pasado para dedicarse a la campaña presidencial, y en su lugar asumió Lembo.

Mientras las autoridades discuten cómo combatir el crimen organizado, miles de presos salieron entre ayer y hoy de las cárceles paulistas beneficiados por un indulto temporal para pasar en familia el Día del Padre, el próximo domingo.

La justicia calcula que más de 11.000 reclusos que ya cumplieron un sexto de la pena y han mostrado buen comportamiento serán beneficiados con el indulto y deben regresar a las prisiones el próximo martes.

La Policía Militar señaló que de los indultados temporalmente, 133 pertenecen al PCC y serán objeto de una vigilancia especial en los próximos días.