Lula pide osadía y coraje al asumir
segundo mandato

<p>Lula pide osadía y coraje al asumir<br/>segundo mandato</p>

BRASILIA (AP).- Luiz Inacio Lula da Silva, al tomar juramento ayer como presidente de Brasil para un segundo mandato, pidió «osadía’’ y coraje’’ para a emprender nuevos caminos y prometió defender los intereses de los más pobres porque su gobierno seguirá siendo «popular’’.

En actos marcados por un intermitente lluvia, sin la multitudinaria asistencia de hace cuatro años cuando además contó con invitados especiales extranjeros, el presidente, de 61 años, aclaró sin embargo que no dejaría atrás «la responsabilidad fiscal’’ y que a esa disciplina en los gastos públicos «no renunciaremos, en ninguna hipótesis’’.

De vuelta al congreso, para prestar juramento tras su reelección en octubre último, Lula dijo en un discurso ante las cámaras que Brasil había cambiado mucho a lo largo de su primer mandato de cuatro años, iniciado en enero del 2003, pero que «infelizmente’’ seguían persistiendo en el país problemas como pobreza y desigualdad.

«Vamos a destrabar a Brasil para crecer e incluir de forma más acelerada’’. «Brasil no puede continuar como una fiera presa en una red de acero invisible, debatiéndose, agitándose, sin ver la tela que lo aprisiona. Es preciso desatar algunos nudos’’, dijo Lula al leer su discurso en 35 minutos ante las cámaras.

Serio pero sin que le saltaran las lagrimas como hace cuatro años, Lula después de su discurso se sumergió entre los abrazos y saludos de decenas de congresistas incluso de oposición— y otros tomándole fotos con sus teléfonos celulares.

Su alocución terminó con una suerte de plegaria afirmando que Dios había sido muy generoso con él.

A la salida del congreso, Lula escuchó una salva de 21 cañonazos, pasó revista bajo una suave llovizna a una guardia militar de honor de impecable uniforme blanco y se dirigió en auto al palacio presidencial, a una cuadra de distancia.

«Quiero mirar en la cara de cada hombre y de cada mujer y decirles: yo y el compañero José Alencar (vicepresidente) si fuera necesario daremos nuestra vida para que podamos cumplir cada palabra y cada compromiso que asumimos’’, dijo Lula más tarde al hablar desde una pequeña torre en el palacio ante unas 10.000 personas y a las que después saludó saliendo del palacio y mezclándose con ellas.

Sin distinción de credo religioso, ideológicos, «soy presidentes de todos…pero no se engañen, no se engañen, incluso siendo presidente de todos yo continuaré haciendo lo que hace una madre: yo cuidaré primero de aquellos más necesitados’’, agregó entre los gritos de sus simpatizantes.

Y remató «aquellos que apuesten en el fracaso de Brasil, serán derrotados. Aquellos que crean que este país nació para ser un país crecimiento inhibido, para ser un país de eterno crecimiento pequeño, pueden comenzar a prepararse para un crecimiento vigoroso’’.

La frase fue una abierta referencia a opositores como los del derechista Partido del Frente Liberal, con mayoría en el Senado, que calificaron el discurso oficial de Lula como «mediocre’’.

«Fue un discurso vacío y sin contenido…crecer (económicamente), pero ¨crecer cómo?…inversión pública, pero ¨de dónde viene el dinero?’’, dijo el diputado José Carlos Aleluia, del PFL y jefe de la bancadas de los grupos minoritarios en el congreso.

Al hablar en el Congreso, Lula dijo que era un hombre diferente al de hace cuatro años porque estaba más maduro, pero que al mismo tiempo «soy igual en el ímpetu y en el coraje para hacer…Quiero hoy pedir todo el énfasis, prisa, osadía, coraje y creatividad para abrir nuevos caminos’’ para Brasil.

«Uno de los compromisos más profundos que tengo conmigo mismo es el de jamás olvidar de dónde vine…gobernar para todos es mi camino, pero defender los intereses de los más pobres es lo que guía esta caminada’’, dijo Lula, nacido en el seno de una humilde familia de campesinos en el estado de Pernambuco, en el empobrecido noreste de Brasil.

El gobierno «nunca fue ni es populista. Este gobierno fue, es y será popular’’, aseguró Lula, quien a lo largo de sus palabras esbozó las prioridades de su nueva gestión: crecimiento económico, reducción de las desigualdades sociales y mejor educación.

Lula recordó que durante su primer mandato se logró controlar la inflación, crear millones de empleos e implantar planes sociales que llegan a millones de pobres.

Sin embargo, la tasa de crecimiento de la economía de Brasil, por debajo de 3%, está entre las menores de Latinoamérica por lo que una de las incógnitas ante el nuevo gobierno es cómo logrará hacer despegar ese crecimiento.

Lula ya ha dicho que en enero anunciará ante el país un paquete de medidas económicas y proyectos de desarrollo de infraestructura para ser ejecutados en los próximos años y que para ello pedía la contribución de las cámaras legislativas.

La lluvia que cayó sobre la ciudad durante toda la mañana, cedió en las primeras horas de la tarde permitiendo que Lula hiciera el tradicional recorrido de los presidentes brasileños: un desplazamiento desde la catedral hasta la sede del congreso a bordo de un Roll-Royce negro descapotable.

Sin embargo, fue esa lluvia la que pareció desanimar a muchos para congregarse frente a la sede del poder legislativo y el palacio de gobierno, donde se observaban cientos de personas y no la compacta masa de 200.000 brasileños de la primera ceremonia de toma de juramento, el 1ro de enero del 2003.

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