BRASILIA (AP) El presidente Luiz Inacio Lula da Silva dijo el miércoles, al presentar el primer libro del estado brasileño relatando más de 400 casos de muertos y desaparecidos en la dictadura (1964-1985), que el tema de esos desaparecidos sigue siendo una herida abierta en el país.
Sin embargo, el presidente no se comprometió abiertamente a disponer la apertura de archivos militares secretos de esa época, donde según familiares estaría la clave para dar con los restos de al menos 140 desaparecidos, según los datos de la Secretaría Nacional de Derechos Humanos.
Una de las heridas que permanece abierta es la de la localización de los restos mortales de muchos opositores, dijo Lula en un discurso en el palacio de gobierno por la presentación del libro Derecho a la Memoria y a la Verdad, un texto de 500 páginas elaborado a lo largo de los 11 años de trabajo de la Comisión de Muertos y Desaparecidos, que depende de la Secretaría Nacional de Derechos Humanos.
Las familias reclaman el justo derecho sagrado de sepultar a sus seres queridos, reconoció Lula, agregando que en el gobierno deberíamos determinar un plazo y pensar qué estrategia utilizar para que podamos saber definitivamente y buscar esos cuerpos.
Pero alertó esa búsqueda debe ser hecha sin expectativas de que vamos, a partir de allí, a hacer un proceso (judicial), incluso porque la Ley de Amnistía fue aprobada en 1979, cuando aún los militares gobernaban el país.