Gracias a su diversidad de climas y sus terrenos, Colombia puede produce todo tipo de frutas durante todo el año; pero además, los colombianos tienen la dicha de probar frutas exóticas que no se dan en todo el mundo.
Dos de ellas son el lulo y el tamarillo, las cuales gracias a los intercambios comerciales, se pueden probar sin tener que viajar hasta Colombia, debido a que se pueden encontrar en supermercados del país.
Lulo. Es una fruta muy común, de color amarillo, cubierta de una fina pelusa que sale con una lavada.
Es de sabor ácido, muy jugosa, y su pulpa está llena de semillas. En la gastronomía colombiana es base frecuente de muchos productos como pulpas, jugos, concentrados, helados, mermeladas, conservas, salsas, postres…
El tamarillo. Este fruto, también conocido como tomate de árbol (por su parecido con el tomate), tomate francés o cifomandra, tiene sabor mucho más dulce que el del tomate.
Esta fruta se tiene que comer cuando está completamente madura. Elija el tamarillo cuando esté muy

Recetas
Salsa lulo

1 libra de lulo
1 taza de azúcar
1 cda. de pulpa de chinola
1/2 cucharadita de mantequilla de canola
2 litros de agua
Un chorro de brandy
2 cdas. de aceite de canola
2 cdas. de harina de trigo
Preparación. Procesar el lulo con el agua y la chinola. Tamizar. Reservar. En sartén, agregar azúcar y mantequilla, llevar a fuego medio hasta que se torne color caramelo, flamear con brandy; verter el jugo de lulo y llevar a ebullición. Mientras tanto, en una sartén caliente, agregar aceite y harina, mezclar a fuego medio bajo hasta obtener un “roux”, verter la preparación anterior muy lentamente, para evitar la formación de grumos; ir mezclando con un batidor hasta obtener el espesor que necesitamos y rectificar el sabor. Se puede usar tanto para postres como para acompañar algún tipo de carne a la parrilla.

Jugo de lulo

6 lulos
2 vasos de agua
2 cucharadas soperas de azúcar
Preparación. Se pelan y se ciernen los lulos en un cedazo con un poquito de azúcar. Luego se les agrega el agua y el azúcar al gusto, se bate y se deja reposar para quitarle la espuma y se sirve bien frío.

Mermelada de tamarillo
1 kilo de tomates de árbol (tamarillos)
3/4 kilo de azúcar
Preparación. Lavar muy bien los tamarillos, retirar el tallito y hacer un corte en cruz en la parte inferior. Ponerlos por unos cinco minutos en agua caliente para ablandar la cáscara. Pasarlos por agua fría para impedir que se cuezan. Pelarlos con cuidado y retirar la zona de semillas, las cuales ha de colocar por separado de la pulpa amarilla. Licuar o cortar la pulpa en trocitos. El corte va a depender de si le gusta la mermelada colada o con trocitos. Ahora ponga a procesar, a baja velocidad, la parte de las semillas con un poco del agua donde se calentaron. Cuele para retirar las semillas, que son un poco duras. Medir por tazas las dos mezclas e integrar en una sola. Añadir media taza de azúcar por taza de mezcla y remover hasta integrar en una mezcla homogénea. Si prefiere el sabor más dulce puede poner más azúcar. Llevar al fuego, primero intenso y al comenzar a hervir fuerte, bajar el fuego al mínimo y dejar cocer hasta obtener el punto mermelada. Remover de vez en cuando para evitar que se pegue en el fondo. Podrá reconocer que está listo porque toma un color púrpura intenso y brillante y al pasar la paleta por el fondo de olla lo descubre totalmente.