Un ‘Te amo’ en la punta de la lengua y otras confesiones de Luly Rocha y Luis José Germán

Un ‘Te amo’ en la punta de la lengua y otras confesiones de Luly Rocha y Luis José Germán

Un ‘Te amo’ en la punta de la lengua y otras confesiones de Luly Rocha y Luis José Germán

Dicen que los polos opuestos se atraen, pero en el caso de Luly Rocha y Luis José Germán, lo que realmente los unió fue la complicidad, la risa y una conexión genuina que se fortaleció con el tiempo.

En esta conversación exclusiva para el podcast HOY en el Espectáculo, con motivo del Día de San Valentín, la pareja de actores nos regala un vistazo íntimo a su historia de amor: desde el ingenioso truco de Luis para decir «te amo» sin arriesgarse demasiado, hasta la cita más inusual que compartieron en plena calle al ritmo de una salsa de Víctor Manuelle.

Entre anécdotas que revelan su esencia, bromas que dejan claro que el humor es parte de su día a día y confesiones sobre lo que cambiarían del otro (al menos por 24 horas), Luly Rocha y Luis José Germán nos demuestran que el amor es una combinación de aceptación, paciencia y, por supuesto, mucha diversión.

La pareja se prepara para regresar al escenario con la obra “Cada oveja con su pareja”, una comedia que promete conquistar al público en el Palacio de Bellas Artes los días 13, 14 y 15 de febrero, así como el fin de semana del 20, 21 y 22 del mismo mes.

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Pero antes de que suba el telón, nos dejaron esta conversación en la que conoceremos el lado más romántico, inesperado y entretenido de esta dupla que ha logrado equilibrar el amor, el trabajo y la vida en familia con una química sin igual.

¿Quién dijo «te amo» primero?

Luis: Yo. Pero no se lo dije directamente, le dije: “Creo que tengo un ‘te amo’ en la punta de la lengua”, por si acaso ella me respondía “¿qué?”, poder decirle: “En la punta de la lengua, no es que ha salido” —risas—.

Si pudieran revivir una de sus citas, ¿cuál sería y qué la hace especial?

Luly: Nuestra primera cita. Fue en la esquina de Color Visión y el señor aquí presente me dedicó una salsa de Víctor Manuelle: ‘Si tú me besas’. Yo le dije: “¡Ay, pero vamos a bailarla!” y él respondió: “¡Okay!”.

Abrimos las puertas del carro, fuimos a la cera, con la música a todo dar y nos pusimos a bailar… Y no se me ocurre otra cosa que decirle: “Tú bailas como raro” “Es que tú me estás pegando las rodillas”.

Luis: Chicos, no intenten hacer esto en casa —risas—.

Si pudieran intercambiar vidas por un día, ¿qué sería lo primero que harían?

Luly: … ¡Amo estas preguntas! ¡Me encantan!

Luis: ¡Dormir! La odio, con todas mis fuerzas.

Luly: Si pudiera ser él, les daría más amor a las plantas. Se ven hermosas en el hogar y todo, pero jamás me vas a ver regar una planta —risas—.

Si tuvieran que cambiar algo del otro por 24 horas, ¿qué sería?

Luis: Si yo respondo esa pregunta, voy a tener la vida entera para reflexionar —risas—.

Luly: Su exceso de bondad. Hemos tenido pequeñas y absurdas discusiones porque trabajamos en un medio difícil, donde no todo el mundo es sincero ni se alegra de tus logros. Suceden situaciones donde él es muy bueno, porque entiende que la otra persona también tiene bondad y, lamentablemente, no todos son así.

Luis: Cuando ella se pone histérica, que le baje a la forma (en que lo expresa). Ojo, no quiero que cambie la razón por la que se pone así, sino cómo lo interpreta.

Luis, Luly Rocha podría ser un 10, pero…

Luly: ¡Vamos a salir peleados de acá! —risas—

Luis: Luly es un 10, pero… pudiera cocinar más. ¿Puedo abundar algo?

Luly: ¡No! —risas—.

Luly, Luis José Germán podría ser un 10, pero…

Luly: Él es un 10, pero… me deja la bañera llena de talco.

Luis: ¡Yo me empolvo, soy higiénico!

Luly: Tenemos más de 10 años juntos y todavía no entiendo por qué.

Luis: Yo creo que a partir de hoy me voy a empolvar en cada rincón de la casa —risas—.

¿Cómo se conocieron?

Luis: Fue un proceso bastante complejo… básicamente, yo la cortejé.

Luly: ‘Cortejé’… Me daba muela. Hablaba disparate a las 7:00 a. m.… hablaba demasiado.

Luis: ¿Fue por agotamiento?

Luly: Claro, fue como: “Okay, vamos a desayunar, está bien”.

¿Cómo supiste que querías quedarte con él?

Luly: Va a sonar cliché, pero no lo es: fue un flechazo. Ilógicamente somos diferentes, pero tenemos muchísimas cosas en común. Yo siempre digo que es mejor percibir lo que se siente por otra persona cuando te mira a los ojos, cuando estás conversando…

De mi parte, sentí muchas cosas: su bondad, su corazón… Sentimos cosas muy genuinas, muy rápido y gracias a Dios han perdurado en el tiempo.

Una rutina diaria que tengan como pareja

Luis: Cuando llegamos en la noche de trabajar, que los niños ya están durmiendo, tenemos que bebernos una cervecita juntos.

Talento oculto que el público no conoce

Luly: Él es un chef excepcional. Cocina como los dioses.

Luis: Ella, aunque entienda que no, canta muy lindo.

Si pudieran llevarse tres cosas a una isla desierta, ¿qué elegirían?

Luis: Música, cerveza y por lo menos un choripán… ¡y no me pidas, Luly! —risas— ¡Es mío!

Luly: Música, definitivamente. No puedo vivir sin música. Un traguito… y un traje de baño.

Algo que quieran decirse el uno al otro

Luly: ¡Gracias, gracias, gracias! Por el amor, por la paciencia… No soy de muchas palabras porque me voy en una.

Luis: De nada —risas—.

“Gracias” fue la primera palabra que me vino a la mente cuando hiciste la pregunta porque Luly llegó en una etapa de mi vida donde era necesario, sin yo reconocerlo ni saberlo.

Necesitaba reorganizar muchas cosas en mi manera de actuar y pensar. Gracias por ser la madre extraordinaria que eres, porque sin tu don de madre yo no podría ser ni siquiera una sombra del padre que soy.

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