Lutero: un héroe de la fe

Lutero: un héroe de la fe

Aunque ahora no estoy residiendo en el país, no olvido que cada año algunos líderes en la República Dominicana cada 31 de octubre realizaban alguna actividad para recordar los eventos de la Reforma Protestante. Recuerdo al difunto Israel Brito, destacado líder de la Iglesia Metodista Libre; Ezequiel Molina, en su conocido programa la Batalla de la Fe, siempre mantenían el recuerdo de la hazaña de Martín Lutero, especialmente para que las nuevas generaciones de creyentes no olviden estos grandes hechos históricos que cambiaron el curso de la historia de la iglesia cristiana.

En la epístola a los Hebreos, el autor hace una lista que muchos consideran como la Galería de los Héroes de la Fe, comenzando con Abel y  terminando con Samuel. (Heb. 11:32). Después de la venida de Jesucristo   se inicia otra Galería de Héroes de la Fe, en la cual hay que incluir a los 12 apóstoles, al mismo Pablo, luego a los discípulos de los apóstoles, entre quienes cabe destacar: Clemente de Alejandría, Orígenes, Tertuliano, Agustín, Atanasio, Ireneo, Jerónimo, Juan Crisóstomo, Eusebio de Cesárea, Ignacio de Antioquia, Ambrosio de Milán y tantos otros creyentes que se destacaron en los primeros siglos. Antes de Lutero hubo una cadena de   héroes de la fe como Juan Wyclif, Savonarola, Juan Huss, Pedro Waldo y otros.

Ninguno de estos últimos tuvieron éxito en lograr que la iglesia católica se revisara y volviera a las   doctrinas del cristianismo primitivo.  Dice Samuel Vila que “mientras caía la nieve y el viento helado aullaba como una fiera alrededor de la casa, nació ese “cisne”en Eisleben, Alemania el 10 de noviembre de 1483.

El cisne se refiere a la predicción que había hecho Juan Huss, quien murió en la hoguera en 1415, y quien dijo que después de él vendría un “cisne” que no iban a poder matar. El 31 de octubre de 1517, 102 años después de la su muerte, Lutero clava sus   95 tesis en la puerta de la Iglesia del Castillo de Wittenberg, Alemania. Estas tesis tenían   un  propósito académico y ni el mismo Lutero imaginó la gran conmoción que causarían.

Muchos factores sociales y económicos confluyeron para que la llama de la reforma, encendida por Lutero, no se apagara como había sucedido en el pasado. Entre esos   estuvieron  el renacimiento, el surgimiento del espíritu individualista, el espíritu nacionalista, la imprenta, y por supuesto, la corrupción del clero.

En el tiempo de Lutero hubo hombres con mucha más erudición que él, como Erasmo, pero ninguno con el valor ni la entereza que demostró el monje agustino. Mucho deben a Lutero y a la reforma protestante la misma iglesia católica, que se abocó a un largo proceso de reformas; el capitalismo, pues la reforma valorizó el trabajo como un asunto ético, esto lo reconoce el mismo Carlos Marx.

Además, las iglesias evangélicas y pentecostales que surgieron en el ambiente de libertad creado en el período posterior a la reforma.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas