La República Dominicana ha sido el país de América Latina con mayor y más estable crecimiento económico en los últimos 50 años, pero a la vez ha sido el segundo peor en términos del impacto social de ese crecimiento, según cifras del  Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

El director ejecutivo del Instituto Dominicano de Desarrollo Integral, Inc. (IDDI), David Luther al refrescar  este dato, lo consideról como algo alarmante a lo que se debe prestar mucha atención, porque hay dinero, pero no desarrollo social. Al participar en el Encuentro Económico expresó que para que haya un mejor  impacto social, el desarrollo tiene que venir desde abajo, enfatizándose en un empoderamiento de los barrios marginados del país.

Explicó que los barrios del país tienen dos grandes problemas, el primero es que muchas familias carecen de acceso a   servicios básicos, viven además en casas totalmente deprimidas que, cuando llueve, se inundan. Para mejorar esos problemas se necesitan medidas a corto plazo, pero hasta ahora sólo se resuelven cuando hay una emergencia.

Destacó que el segundo problema es mejorar la educación, el que se  transmita a la  población las herramientas educativas de conciencia,  legales e institucionales. Donde el ciudadano no sea simplemente un demandante sino un crítico de los problemas y resoluciones de su entorno. “Para que pueda haber una protesta pero con propuestas, pero a la vez hay que ayudarlos a ellos a definir cuáles son sus problemas”, dijo.

Luther, quien preside el Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI), con  27 años de trabajo social barrial resaltó que “Les dicen barrios marginados porque la marginalidad no es solo del  espacio, sino de falta de servicios, falta de participación y de incorporación de esa población en el proceso de tomas de decisiones”.

Agregó que se debe empezar creando los lazos de solidaridad en la sociedad y un proceso de problematización, donde se conozcan los problemas y luego plantear soluciones y actuar.

Luther citó el ejemplo de que el turismo esta iniciando un acercamiento y participación con las comunidades y su alrededor. Valoró la importancia de las rutas de cacao, café y tabaco que incluyen a las comunidades, que permite  lograr mejor distribución de las riquezas. Dijo que este ejemplo debe servir para todos los actores  de la sociedad, las empresas  privadas y las entidades gubernamentales, las cuales deben trabajar unidas.

Ayuda diferente

Luther expresó que muchas entidades públicas y privadas dan ayuda monetaria o donación de infraestructuras a comunidades, pero esa ayuda debe ir más allá y trabajar de la mano a la comunidad para resolver problemas. Valoró la unión  entre Generadora San Felipe (GSF) y el IDDI.