Hacia el futuro una mayor proporción de la población estará absorbiendo recursos del sistema, a través de las pensiones, lo cual pondría el sistema en aprietos
Para evitar que las pensiones resulten insuficientes y la población retirada caiga en la pobreza, y para asegurar que se mantengan los niveles de vida de los trabajadores cotizantes en relación con la vida activa o, por lo menos, que se acerquen a esta, los sistemas previsionales se estructuran de manera que se pueda asegurar una tasa de reemplazo que cumpla con ese objetivo.
Son muchas las tecnologías que hay para calcular la tasa de reemplazo y, según la que se use, el resultado del cálculo varía, y aunque hay quienes plantean que a pesar de que la tasa de reemplazo es concebida como tasa de reemplazo de los ingresos, para otros lo importante es el consumo que esos ingresos pueden financiar en el período anterior y luego del retiro.
Y algunos van más lejos y plantean que un tema crucial es el tratamiento de los riesgos del post–retiro (en términos generales las mediciones de las tasas de reemplazo no toman en cuenta específicamente estos riesgos entre los que destacan la posibilidad de aceleración de la inflación –de ahí lo crucial de la existencia de mecanismos de indexación–, la muerte del cónyuge, el divorcio, la quiebra del asegurador, los bajos retornos de las inversiones, las tasas de anualización, la longevidad, la evolución de las condiciones de salud que pueden generar altos gastos de bolsillo, aumento de los impuestos y cambio en los beneficios de retiro, entre otros).
Por las complejidades de hacer estos cálculos optamos por el cálculo más simple, que define a la tasa de reemplazo como el porcentaje de ingresos que recibirá el cotizante de la Seguridad Social una vez que finalice tu vida laboral en comparación con tus ingresos laborales previos.
Cálculos hechos a partir del comportamiento del sistema de pensiones del país después de más de 20 años de vigencia, revelan que los ingresos que recibirán los trabajadores dominicanos al momento de su retiro, a menos que se produzcan importantes cambios en la ley, indican que tras su retiro los cotizantes recibirán solo el 20 por ciento de sus salarios, un ingreso con el que resultaría imposible vivir dignamente.
El ideal sería una tasa de reemplazo de entre 70% y 80% del salario y no debiera ser inferior al 60 por ciento.
Para evitar los extremos, vamos a tomar en cuenta el salario promedio del mercado formal, que según un informe del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, es de 19,693.30 al mes (332.20 dólares), después de un aumento de 4,9% al nivel en que estaba en marzo de 2023. Eso significa que, tomando en cuenta el cálculo de la tasa de reemplazo, los trabajadores recibirían, en promedio, 3,938.66 pesos al mes (66,44 dólares).
Esos resultados, que auguran un sistema previsional generador de pobreza para los retirados, habían encendido la luz verde sobre la Seguridad Social.
Pero los resultados del X Censo Nacional de Población y Vivienda, realizado en 2022, indican que la situación podría ser peor en términos de sostenibilidad financiera del sistema de pensiones y han encendido la luz amarilla: la tasa de crecimiento de la población dominicana ha experimentado un declive desde principios del siglo pasado hasta llegar a 1.11 % (es la tasa más baja de la historia reciente del país) mientras que la población con 65 años o más subió a 9,3% (era 5,6% en 2020 y 7,3% en 2010).
Eso significa que hacia el futuro tendremos una menor proporción de la población que estará aportando al sistema previsional, a causa del envejecimiento, y una mayor proporción estará absorbiendo recursos del sistema, a través de las pensiones, lo cual pondría al sistema en aprietos a causa de un creciente desequilibrio financiero, a menos que se hagan ahora, sin más dilaciones, las reformas que lo impidan.