Han pasado casi dos décadas desde que Luz Severino (1962) despuntara exhibiendo sus primeros trabajos (Encuentro de jóvenes artistas, Altos de Chavon, 1985 86). En este caótico lapso de fértil autoexigencia, instantes rigurosos, mitologías inefables, rituales y ritmos apocalípticos, ella llega a plasmar los esplendorosos resultados de una auténtica y comprometida práctica creativa que hoy determina su merecida contextualización en un consistente posicionamiento como una de las artistas contemporáneas dominicanas de mayor proyección internacional.
Pintora, dibujante, grabadora, escultora, accionista del diálogo multicultural, su obra ha sido seleccionada y premiada en importantes espacios, bienales y eventos artísticos celebrados en países como España, Colombia, Estados Unidos, Cuba, Suecia, Puerto Rico, Martinica, Guadalupe y la República Dominicana. Graduada de Ingeniero Civil en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (1986), en el mismo año egresa de la Escuela Nacional de Bellas Artes, especializándose en las diferentes técnicas del grabado en la Art Students League de Nueva York y en Grabado sobre metal en el taller del artista español Juan Ramón Durá (Madrid, España, 1993).
La obra de Luz Severino adquiere importancia por su grado especializado de artisticidad o ejecución material, por la elasticidad de su estructuración formal, así como por el abordaje profundo de una serie de asuntos de incuestionable importancia a la hora de advertir las escisiones definitivas de la consciencia latinoamericana, tales como el encantamiento consustancial de las mitologías pasadas y cotidianas, la situación de marginalidad y de poder de la mujer en las sociedades poscoloniales del Caribe, las maravillas del paisaje, las dualidades mentales, el sentido de la tierra, la reafirmación de los signos de identidad, los inquietantes efectos de la devastación ecológica y el estado de vulnerabilidad que define la condición humana Contemporánea.
En los últimos diez años, Luz Severino ha estado transmigrando por las islas del Caribe, los Estados Unidos y Europa. Actualmente reside en Martinica, donde ha realizado las obras que han integrado sus más recientes exposiciones individuales en Francia, Guadalupe, Santo Domingo y Puerto Rico. La opción de la fuga le ha costado a Severino hasta las marcas del desarraigo. Pero el viaje le ha hecho ganar la luz. Ella ha ganado el camino de la libertad y del amor. Ha ganado la inestimable oportunidad de expandir la vitalidad de nuestros signos ancestrales y nuestros actos cotidianos. Ha podido seguir siendo siempre la misma, discreta, reconcentrada, cálida e inspirada propiciadora de sueños, ilusiones e imprevistas tentativas simbólicas.
Entre los amantes de la pintura contemporánea en Puerto Rico, la obra pictórica de Luz Severino goza de cierto respeto y una especial estimación. Esto es consecuencia de la depurada y muy personal convicción estética que se establece de inmediato en su expansivo universo simbólico, así como de su extraordinaria capacidad para el diálogo fraternal y transparente. Entre los principales admiradores de la obra de Luz Severino en Puerto Rico figuran Samuel y Ana Wagner, atentos anfitriones de la Galería Tamara, ubicada en el #210 de la Ave. Chardon, Hato Rey, y donde la destacada artista dominicana ha estado exhibiendo recientemente un impactante cuerpo de obras recientes que ratifican la validez y vitalidad de los resultados que obtiene en el lúcido proceso de trasmutación metafórica de sus más íntimas obsesiones.
Luego de sus exitosas exposiciones individuales en la misma Galería Tamara (2000) y en el Museo de las Américas (2003), Luz Severino ha hecho un nuevo acto de presencia en San Juan con Damas de Ilusiones (Galería Tamara, 11 26 de marzo, 2004), excelente muestra individual compuesta por mas 30 obras que nos han permitido calibrar las penúltimas y sutiles gradaciones expresivas de una sensibilidad artística definitivamente excepcional.
Recapitulación y progresión son dos instancias que se entrecruzan, se alternan y cristalizan en Damas de Ilusiones. Recapitulación porque en esta muestra la artista integra obras capitales que devienen como efecto de sus experiencias, variaciones y hallazgos sorprendentes en torno a sus preocupaciones estéticas e ideológicas características, tales como las tituladas Notas para un futuro incierto, Amante de Calle, Diosa de música, Una Flor en la silla, Amantes y En el jardín del Edén. Recapitulación en torno de una búsqueda insaciable y todavía más fructífera tras la materialización de un sugestivo repertorio de imágenes extractadas a través de un alto grado de conceptualización formal y síntesis expresiva.
Progresión definitiva hacia los retadores dominios del médium y hacia la posesión de los secretos del oficio. En pinturas como las tituladas Damas de Ilusiones, Damas de Ilusiones l, Damas de Ilusiones lV, Damas de Ilusiones lll, Damas de Ilusiones Perdidas, Damas de Ilusiones V y Damas que dan ilusión, además de materializar de forma única su pasión y persistencia en el tratamiento reflexivo y hondamente poético de la condición femenina en el contexto actual latinoamericano a través de su práctica artística, Luz Severino nos ha permitido confrontar y disfrutar las nuevas e inquietantes cifras imagéticas de unas superficies reactivas que en su atenta contemplación nos provoca una extraña inquietud mental que desborda las nociones de lo real y lo in sensible.
La pintura de Luz Severino no es una transposición de lo visible, pero tiende a captar las fuerzas. La trama geométrica abstracta, telón de fondo iteratitivo de sus obras, simboliza el universo de su país natal, la República Dominicana, limitado geográficamente por su calidad de isla y forzado entre los límites de una sociedad en devenir. El espacio en mosaico no determina una unidad estable: construye una superficie limitada, sin profundidad, una verja protectora donde podemos navegar en libertad total. Rasguños, huellas, granulaciones, borrados de líneas, impresiones de motivos florales son una apelación a los flujos interiores y susurran las pulsaciones de una vida intensa. En esta textura trémula, unas figuras afiladas, simples expresiones del movimiento, llenan el espacio con el mismo ímpetu vital. Largas siluetas de sombras, entregadas en acciones cotidianas o transportadas en una danza matissiana, celebran la vida(1).
(1) Françoise Caille:
Luz Severino. Fragmento del texto del catalogo
de Damas de Ilusiones, Galeria Tamara, San Juan, Puerto Rico, Marzo, 2004.