Yo creo que una obra de arte debe tener estética. La estética es la que trasciende el contenido o el tema de lo que estamos tratando. En otra palabras, la pintura tiene que ser bella. La belleza refleja la verdad. Y yo creo que una obra de arte debe reflejar eso, sobre todo reflejar el tiempo que vivimos” …(Luis Cruz Azaceta, 2020).
Lyle O. Reitzel se establece en la actualidad como el más consistente, exitoso y respetado galerista dominicano en el circuito artístico internacional.El oficio del galerista es el mismo del “hombre orquesta”: lograr que todos los instrumentos suenen, rítmica y acompasadamente, en el proceso de ejecución, desdoblamiento y regocijo de la melodía.Porque la balada rockera del galerista exige un alto grado de implicación.
Su tonada es de un aire duro, idéntico al de una trama sonora, eléctrica y aúnmás excitante de metal pesado que exige muchas horas en muchos zafarranchos. En la mayoría de los casos, los ingresos son inferiores a los gastos.
Desde sus experiencias iniciáticas en Atelier Gazcue y la Plaza Andalucía (1995), pasando por su decisiva escalada en Miami (2006-2010); por su expectante reafirmación en Nueva York(2016), hasta su airosa resistencia durante los últimos 25 años en Santo Domingo, Lyle O. Reitzel demuestra de manera ejemplar, cristalina y memorable que su trova de fogueado galerista, más que como un trabajo, se despliegay prospera como auténtica forma de vida.
Porque la suya es una apuesta expeditiva a las vanguardias, las transvanguardias, la innovación y el riesgo ultramoderno que vislumbra, asume y remata estéticas, poéticas y obras arrebatadoras. Un objetivo afanosamente perseguido y logrado con creces ha sido la rigurosidad y el esmero de criterios en cuanto a calidad de obras y diversidad de artistas. Entonces, habrán de resultar clave los aportes de Lyle O. Reitzel al proceso de prefiguración de un mercado artístico de avanzada y un coleccionismo sensible en el Santo Domingo del último cuarto de siglo.
Su trayectoria como galerista de prestigio a nivel local e internacional, nos remite a untrance dialógico, implicatorio y fructífero con exponentes paradigmáticos de la modernidad artística latinoamericana. Asimismo, Lyle O. Reitzel Galleryha permitido a los estudiosos y coleccionistas dominicanos, una visión amplia de las poéticas y obras de artistas caribeños y latinoamericanos esenciales de las últimas cuatro décadas: José Bedia; Luis Cruz Azaceta; Eleomar Puente; Gustavo Acosta (Cuba); Edouard Duval-Carrié (Haití); Ignacio Iturria (Uruguay); Milton Becerra (Venezuela)y Víctor Rodríguez (México).
En este trayecto, Lyle O. Reitzel ha sido valedor de exponentes fundamentales del arte dominicano contemporáneo: José García Cordero; Inés Tolentino; Raúl Recio; Scherezade García; Gerard Ellis; Gustavo Peña; Hulda Guzmán y Tania Marmolejos, proyectando sus obras exitosamente en prestigiosas ferias internacionales de arte contemporáneo como Pulse (Miami); Scope (Miami/NY); Art Miami; CONTEXT Art Miami; VOLTA (NY); Zona Maco (México); Frieze (Nueva York); ARCO (Madrid); Arte BA (Buenos Aires); KIAF (Korea del Sur) y Fresh Art Fair (Inglaterra).
Como broche final del programa conmemorativo de su 25 aniversario, Lyle O. Reitzel Gallery, localizada en la suite 1A-2A de la Torre Piantini (Ave. Abraham Lincoln esq. Gustavo Mejía Ricart), presenta hasta finales de enero del 2021 la formidable exposición“Personal Velocity in the age of Covid”, compuesta por una decena de obras pictóricas recientes del reconocido artista cubanoamericano Luis Cruz Azaceta, entre las cuales resaltan algunas por su insólita riqueza plástica, su impacto visual estremecedor y su grado esplendoroso de esteticidad: “River Flow” (2008); “Laberintos” (2019); “Amazona Devastation” (2019); “Pandemic” (2020); “Vitral” (2020) y “El ojo del Covid” (2020).
Así, “Personal Velocity in the age of Covid”, nos permite confrontar la mirada sensible, reflexiva, crítica e incisivamente lúcida de Luis Cruz Azaceta sobre ciertas problemáticas humanas contemporáneas y sumamente complejas que le atraen: migración; exilio; desarraigo; transculturación; racismo; rituales del caos y la violencia en la posmetrópolis; ecocidio; pandemias y aflicción ontológica.
La obra de Luis Cruz Azaceta opera como alucinatorio itinerario de un cronista sincero sobre las mutaciones de la condición humana y el proceso civilizatorio de la posmodernidad desde lo sociopolítico, lo cultural, lo ecológico, lo espiritual, lo tecnológico, la sexualidad y la inteligencia artificial.
El reducido cuerpo de obras de “Personal Velocity in the age of Covid”, también se deja apreciarcomo sinopsis elocuente y poderosa de su prolífica trayectoria creadora, pero sobre todo como prueba de los pasmosos niveles de libertad expresiva, vitalidad estética y brillantez metafórica que sostienen su más reciente producción pictórica.
SINTESIS DE LUIS CRUZ AZACETA
Luis Cruz Azaceta nace en La Habana, Cuba (1942). En 1960, se establece en Nueva York, formándose en la School of Visual Arts. Desde 1992, reside en Nueva Orleans. Cruz Azaceta es hoy día uno de los máximos exponentes activos del arte latinoamericano contemporáneo a nivel internacional.
Sus obras forman parte de las colecciones permanentes del Metropolitan Museum of Art, NY.; Museum of Modern Art (MoMA), NY.; The Whitney Museum of American Art, NY; Harvard Art Museum, Cambridge, MA; The Smithsonian American Museum of Art, Washington, DC; Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, México; Museo de Arte Moderno, Santo Domingo, República Dominicana y PAMM Museum, Miami, FL. EE. UU.
Desde hace más de 15 años, Lyle O. Reitzel Gallery, representa su obra y exposiciones individuales memorables: “Migraciones, Laberintos & Alucinaciones”(2005); “Sin Palabras”(2007); “Laberintos”(2010); “Falling Sky”(2013); “Swimming to Havana” (NY, 2016) y “A Question of Color” (2018).