Al margen de las motivaciones que pudieran tener, todo el peso de la ley debe caer sobre los agresores a machetazos de los parroquianos de un centro de diversión del sector Los Rieles de Los Alcarrizos.

Este es un precedente al que es necesario darle un castigo ejemplar para que hechos tan crueles no vuelvan a ocurrir bajo ninguna circunstancia en una sociedad harta de la delincuencia común y de cuello blanco.

Este sangriento y despiadado ataque contra un grupo de indefensos ciudadanos que compartían en un centro de diversión, pone los pelos de punta y nos presenta ante el mundo como un país de salvajes.

Se supone que a la fecha, las autoridades policiales deben haber apresado a los responsables de esta barbarie, puesto que desde el principio se dio a conocer los nombres de algunos de los implicados.

Confiamos en que así sea y que sean sometidos a la justicia tanto los autores materiales como los intelectuales, si es verdad que los hay, de manera que nadie quede libre de responsabilidad en este bochornoso episodio.

No importan las reales o alegadas causas de este crimen, las autoridades judiciales tienen la obligación de actuar ejemplarmente contra los autores de un acto de vandalismo que nos llena de vergüenza a todos.

Al parecer los delincuentes se inspiraron en la masacre provocada recientemente en una estación de tren de China, donde más de 30 ciudadanos fueron asesinados a cuchilladas y machetazos y más de 100 heridos por un grupo terrorista.

Resulta lamentable que nuestras leyes no sean tan drásticas como las del país asiático, para aplicárselas a estos cobardes asesinos.