PARÍS. Los votantes franceses votaban el domingo para elegir a los parlamentarios de la cámara baja, en unas elecciones cruciales para el recién elegido presidente Emmanuel Macron.
Unos 7.882 candidatos competían por 577 escaños en la Asamblea Nacional, en la primera ronda de los comicios. Los más votados pasarán a la segunda vuelta del 18 de junio.
El movimiento centrista de Macron, fundado hace un año, aspira a una mayoría absoluta de su partido República en Marcha para poder cumplir sus promesas electorales, que incluyen una simplificación del mercado laboral y la facilitación del despido con la esperanza de que eso impulse las contrataciones.
Los sondeos apuntaban a una fuerte preferencia de los votantes por el partido de Macron, lo que trastocaría de forma drástica la política francesa al relegar a los partidos tradicionales de izquierda y derecha, sin un único grupo opositor fuerte.
Los planes de reforma laboral del gobierno ya han indignado a los sindicatos franceses y es probable que desencadenen tensiones durante el verano.
Macron también quiere aprobar con rapidez una ley que refuerce la seguridad, y que en la práctica haría permanente el estado de emergencia impuesto tras varios atentados en Francia, así como una ley con nuevas normas éticas en la política francesa.
El gobierno necesita tener una nueva Asamblea para aprobar las medidas.
La mayoría absoluta requiere 289 escaños, aunque los últimos sondeos apuntan a que el movimiento de Macron podría conseguir hasta 400 parlamentarios.
Entre los candidatos de República en Marcha hay muchos recién llegados a la política, como un torero retirado, un piloto de cazas y un genio de las matemáticas. La mitad de ellos son mujeres.
En París, el votante Thibault Gouache dijo estar deseando ver caras nuevas en el Parlamento.
“Lo más importante es cambiar a la gente que hace la política”, dijo a The Associated Press, afirmando que muchos candidatos ya han cumplido varias legislaturas y “están desconectados de la realidad cotidiana en la que vivimos”.