Emmanuel Macron seguirá siendo presidente de Francia hasta 2027. La incógnita es con quién compartirá el poder, ya que una Asamblea Nacional puede imponerle un primer ministro de signo político distinto. Esto, denominado en Francia “cohabitación”, es algo que ya se ha producido en el pasado.
Desde 1958, dos presidentes estuvieron en la misma situación durante parte de sus mandatos: el socialista François Mitterrand (1981-1995) con gobiernos conservadores y el conservador Jacques Chirac (1995-2007) con el socialista Lionel Jospin.
Sin mayoría propia ni en la Asamblea Nacional ni en el Senado, la gobernabilidad se había vuelto un ejercicio extremadamente complicado para Macron. La sanción del domingo debilitaba aún más al oficialismo. Frente a la adversidad, el presidente francés ha sorprendido convocando entonces a elecciones legislativas anticipadas, que se celebrarán el 30 de junio y el 7 de julio. Su decisión es interpretada como una jugada de póker, en la que busca dramatizar lo que está en juego para que los franceses clarifiquen por quién quieren ser gobernados.
«Confío en la capacidad del pueblo francés para tomar la elección correcta para sí mismo y para las futuras generaciones. Mi única ambición es ser útil a nuestro país, que tanto amo», escribió Macron en la red social X, tras adelantar las elecciones.
Una apuesta arriesgada
La apuesta es arriesgada, porque la suma de los votos expresados el domingo en Francia otorgaron a la extrema derecha, encarnada por los partidos Agrupación Nacional de Marine Le Pen y Reconquista! de Eric Zemmour, cerca del 40% de los votos.
Agrupación Nacional ya anunció que su candidato a primer ministro, en caso de que logren formar gobierno tras las elecciones, será su victorioso cabeza de lista en las elecciones europeas, el eurodiputado Jordan Bardella, de 28 años.
En cuanto a la izquierda, una palabra era repetida incansablemente por los dirigentes de las distintas formaciones: “Unidad”. Sin embargo, el Frente Popular al que muchos dicen aspirar debe superar las fuertes diferencias entre socialistas, ecologistas, comunistas e izquierda radical.
La resucitación del Partido Socialista, que superó el domingo a la izquierda radical de La Francia Insumisa y el desplome de los verdes ha generado una nueva relación de fuerzas. A esto se suman las grandes divergencias sobre sus posturas ante la Unión Europea, la guerra en Gaza o en Ucrania.
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