Madeline Bernard Peña estalló en llanto en el tribunal que declaraba como testigo y frente a los supuestos sicarios del crimen de su esposo, al recordar la fatídica noche del 24 de septiembre, cuando desconocidos acribillaron al coronel policial José Amado González González, con quien tenía dos hijos.

En dos ocasiones los jueces del Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional debieron recesar la audiencia, en la segunda ocasión por diez minutos, dado estado de angustia en que estaba la sobreviviente del ataque a tiros, pasada las 8:00 de la noche, cuando regresaban a su residencia en la Torre Serena, de la avenida Anacaona, en esta Capital.

Bernard Peña volvió a subir al estrado, esta vez no como acusada de lavado de activos en la red que se le atribuye al supuesto narcotraficante puertorriqueño José David Figueroa Agosto, sino a deponer contra los nueve hombres acusados de sicariato y de alegadamente asesinar a tres personas por encargo de Figueroa Agosto.

Bernard Pena, quien espera la sentencia del Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional por presunto lavado de activos junto a otras siete personas vinculadas a Figueroa Agosto, también le asesinaron a su padrastro, el empresario y propietario de la Panadería y Repostería la Francesa, Rubén Soto Hayet.

Entre lágrimas y sollozos, la mujer  contó algunos aspectos de la tragedia del 24 de diciembre, aunque dijo que no recordaba detalles porque estaba de espalda cuando el vehículo que los transportaba fue impactado.