Madoff  condenado a 150 años por fraude

<P>Madoff  condenado a 150 años por fraude</P>

El ex financista estadounidense Bernard Madoff fue condenado ayer a 150 años de prisión por haber montado el mayor y más descarado fraude en la historia de Wall Street, la pena más alta que podía recibir por lo que el juez llamó un delito de maldad extraordinaria. La sala del tribunal se inundó de gritos de alegría y aplausos luego de que el juez Denny Chin leyó la condena.

NUEVA YORK. AFP. Cabizbajo e impasible, el estafador Bernard Madoff fue sometido ayer a la letanía de reproches de sus víctimas, que lo calificaron de «sicópata», «monstruo» o «bestia», antes de que un juez federal de Nueva York le aplicara la lapidaria sentencia a 150 años de cárcel.

Sentado junto a sus abogados, de traje y corbata oscuros, Bernard Madoff escuchó sin dar muestras visibles de emoción las declaraciones de nueve de sus miles de víctimas, que relataron en la audiencia el drama padecido.

«Perdí todos los ahorros de mi vida. No comprendo cómo el gobierno no pudo protegerme, ni tampoco a otros miles de ciudadanos», ni cómo la SEC, el organismo de control bursátil «permitió que este sicópata me robara», protestó una mujer de 62 años.

Otros sexagenarios llamados a prestar testimonio declararon que tuvieron que volver a trabajar, algunos acumulando hasta tres empleos, para poder financiar sus vidas y su cobertura médica.

Sentado frente al juez Denny Chin, Madoff escuchó con la cabeza gacha, dándole la espalda a sus víctimas que tomaron la palabra una tras otra.

Todas reclamaron la pena máxima para Madoff –150 años de cárcel– tras relatar historias de la evaporación de sus ahorros, los insomnios, la pérdida de apetito, la angustia o la depresión, sin olvidar varios decesos.

«Espero que su celda será su ataúd», dijo un hombre de 33 años, que habló en su propio nombre y en el de un pariente fallecido luego de que Madoff admitiera en diciembre pasado la amplitud de la estafa.

«Es una bestia», dijo otra víctima, una septuagenaria. «Respira, se viste, come como nosotros, pero debajo de esa caparazón hay una verdadera bestia, a quien no debe ofrecerse la capacidad de mezclarse de nuevo con la sociedad».

Ante las acusaciones de ser un «monstruo» y «el mal encarnado», Madoff permaneció estoico, escuchando a sus ex clientes dar rienda suelta a su ira frente al tren de vida «decadente» del financista, los regalos a sus familiares, financiados por los US$13.000 millones  que le confiaron sus clientes a lo largo de más de 20 años.

En un discurso de unos cinco minutos, Bernard Madoff, dirigiéndose al juez Chin, declaró con voz monocorde que «excusarse no es suficiente».

«No hay nada que yo pueda hacer para que cada cual esté mejor. Voy a tener que vivir con este sufrimiento, con este tormento, hasta el fin de mis días».

Evocando la estafa construida a los largo de los años, hasta su confesión forzada, el financista caído en desgracia la justificó como una huída hacia adelante. «Cometí un terrible error de juicio: no quería aceptar que por una vez en mi vida, había fracasado».

Justificó estafa como una huida

Evocando la estafa construida a lo  largo de los años, hasta su confesión forzada, el financista caído en desgracia la justificó como una huída hacia adelante. «Cometí un terrible error de juicio: no quería aceptar que por una vez en mi vida  había fracasado».

Publicaciones Relacionadas

Más leídas