NAVARRETE. SANTIAGO. Nilce Báez, madre de Expedito Fermín Báez, cabo de la Policía muerto durante las en protestas del pasado miércoles en este municipio, clamó porque se haga justicia, y expresó que éste amaba su condición policial y que servir era su vocación, desde que era apenas un niño.
Entre sollozos, Báez expresó que cualquiera que sea el que le haya segado la vida a su hijo, debe pagar por el crimen. Pidió que si es apresado no se le quite la vida.
Me duele perder a mi hijo porque nadie me lo va a devolver, pero soy una mujer con una fe muy grande, y sólo pido para aquel que le quitó la vida que lo apresen, pero que Dios le dé la bendición que él se merece, expresó.
Manifestó que su hijo siempre vivió con ella, aunque era mujeriego, razón por la que dejó en orfandad a 12 hijos y su actual mujer, la venezolana Ana Chorios, embarazada de ocho meses.
Su cuerpo era velado en su casa en Los Salados Viejos, de este municipio, donde cientos de familiares y amigos fueron a darle el último adiós. Será hoy cuando sus restos serán sepultados a las 10 de la mañana en el cementerio de la avenida 30 de Marzo, la ciudad de Santiago.
El cabo de la Policía Nacional de apenas 32 años, murió en medio de las protestas que se escenificaban desde las primeras horas del miércoles, en el cual resultaron heridos un hombre conocido como Chepe, José David, Chelo y el motoconchista José Manuel Morel.
Los dirigentes comunitarios que convocaron a la protesta desvincularon al movimiento popular de la muerte del agente policial.
Rodolfo Payero, vocero de los grupos comunitarios, justificó la protesta y afirmó que los responsables del asesinato del cabo de la institución no se encuentran en el movimiento huelgario, como pretende decir la Policía Nacional.