«Impotencia». Es la única palabra con que la señora Rosa Hernández trata de describir su dolor y sufrimiento, no solo por la pérdida de su única hija Rosaura Almonte Hernández (Esperancita), de 16 años de edad, sino por la ausencia de justicia que ha recibido, luego de recorrer todas las instancias durante este trajinar que hoy cumple cinco años.
Como si su fallecimiento hubiese ocurrido ayer, su madre aún llora con sollozos. Las lágrimas corren aún más por sus mejillas cuando menciona palabras como: justicia, parálisis del expediente, ella era hija de una simple profesora o solo hay justicia para los adinerados.
«Me siento impotente, porque este es mi país, donde vivo, donde nací», expresa Hernández, como queriendo decir yo también existo, tengo derechos, era mi única hija. Su fortalece la hace mantener la esperanza de que no solo se haga justicia con su hija, a quien por estar embarazada le fue retrasado el tratamiento de quimioterapia que necesitaba para luchar por su vida, sino por la necesidad de que otras familias no pase por lo mismo.
A cinco años de la muerte de Esperancita, cuatro de ellos de haber iniciado los procesos legales que continúan sin avanzar, su madre continúa la batalla como el primer día. Con la firma decisión de avanzar, anunció que a partir de la fecha acudirá a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) en busca de esclarecer las condiciones en las que falleció la adolescente y de que se establezcan las sanciones correspondientes.
«Tuve que dirigirme a la justicia internacional por la muerte de mi hija, porque no han hecho nada, y porque la justicia de mi país no le interesa saber qué hicieron los médicos mal o qué no hicieron para que casos como este no vuelvan a repetirse«, declaró en la lectura de una carta a propósito de la realización de un encuentro en el parque La Lira, en honor la memoria de Esperancita.
Rosa Hernández es maestra de una escuela primaria. Sus expresiones, aunque con el dolor combinado de la pérdida de una hija y la falta de justicia, dejan claro el mensaje de que su caso puede sucederle a cualquier dominicano. Por eso, enfatiza en la importancia de continuar luchando.»Esta es la voz para que la gente abra los ojos»-
«Mi hija todo el tiempo sana, caminando bien. Desde cúando mi hija tenía leucemia?… no lo sé. Por qué no se lo descubrieron en el SEMMA (Centro de Salud del Seguro de los Maestros), si yo desde niña la llevaba ahí. Entonces eso es lo que yo quiero, me pasó a mí, y así le puede pasó otro», explica Rosa.
Estancado. El expediente sobre el cado de Esperancita, diagnosticada en 2012 con leucemia aguda, y quien mes falleció el 17 de ese año debido a una hemorragia masiva causada por un aborto completo, por la aplicación de la quimioterapia tardía, se encuentra en la Fiscalía del Distrito Nacional.
La abogad Indiana Jiménez dijo que lo último que pasó fue que al acudir a esa instancia, no le permitieron el acceso al expediente, lo que la obligó a interponer un recurso de amparo que tampoco tuvo ningún resultado.
«Hay una parálisis de tal nivel que tuvimos que ir a poner esa petición ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, para ver si así el Estado nos escucha. Esperamos cuatro años pacientemente, y no sentada, sino haciendo los procesos en las instancias. Teníamos fé, sin embargo no ha pasado», concluyó.