La alegría regresó ayer a la casa del niño Ángel Agustín Jiménez. Su madre Luz del Alba Peña dijo que al volver a ver al hijo, después de dos días de secuestro que la hundieron en angustia, sintió que nacía de nuevo.
A su lado el padre, San Agustín Jiménez. Entre ambos un niño de cinco años que había llegado preguntando: ¿Mami, tú sabías que yo estaba secuestrado? Yo sabía que ellos eran hombres malos y por eso me porté bien. Ayer temprano, al ser rescatado por la Policía, el menor dormía en cautiverio.
SANTIAGO.- En la casa todo lucía tranquilo, después de dos días de angustias, por el secuestro del menor Ángel Agustín Jiménez, quien regresó saboreando el dulce placer de mirar su mochila, su camita y disfrutar el fresco que se respira desde los amplios ventanales de su apartamento en el Embrujo I, de esta ciudad.
Con la inocencia de sus cinco años, abraza a su madre, Luz del Alba Peña, la mira a los ojos con ternura y le pregunta ¿Mamí, tú sabías que yo estaba secuestrado? Ella, recostada sobre los hombros de su vástago, le responde: Sí, mi cielo, Luego, el pequeño cuenta yo sabía que ellos eran hombres malos, y por eso me porté bien, haciendo todo lo que me decían en esa casa. Lo que más extrañaba era el colegio y a mis papás (padres), yo me porté bien y dormía mucho.
Al padre San Agustín Jiménez se le aguaron los ojos. A la madre la sostenía una tranquilidad que fluye porque, según explicó, nací de nuevo hoy, al ver a mi hijo sano y salvo.
En una entrevista para HOY, momentos después de que el Comando Norte de la Policía Nacional devolviera al niño encontrado en una casa en el municipio de Mao, la alegría ha vuelto a la familia, pero ya nada será igual, argumenta la madre.
Fue como nacer de nuevo, suspira Luz del Alba.- Solamente con la idea de imaginarse que existe la posibilidad de que tu hijo no retorne con vida es monstruoso, es no tener paz.
Contó que, generalmente, yo soy la que me encargo de las cosas de mi hijo, siempre yo busco actividades que coincidan con el horario de trabajo y me encargo de él. El niño acababa de llegar y la doméstica lo recogía en la entrada del edificio cuando fue raptado, indicó.
Expresó que inmediatamente se enteró de que se habían llevado al niño, llamó a su ex esposo, quien reside en Bonao, le informó de la situación, y él, a su vez, se comunicó con el senador de Monseñor Nouel, en Bonao, su amigo, Félix Nova, quien los ayudó. Cuando recibí la llamada, sólo atiné a llamar al senador, porque es una persona de confianza e inmediatamente asumió el caso como suyo, y llamó al jefe de la Policía.
Todo fue muy rápido y quiero decir que la confianza que ellos me mostraron en que iban a entregarme el niño sano y salvo, fue lo que me mantuvo vivo, porque nadie se imagina lo que uno vive en ese momento, narró.
No quiere que ningún ser humano pase por esta experiencia, donde cada segundo, minuto, hora, es desesperante, donde los pensamientos son largos, temerosos, cargados de dudas y, sobre todo, el tormento de sentir que mi hijo estuviera en manos de alguien lejos, cerca, cómo, o dónde.
Zoom
La prima
Durante la entrevista, la madre dijo que no sabe nada de que una prima suya, Yalitza de los Santos, había sido la autora intelectual del secuestro, sosteniendo que la Policía es quien dará las explicaciones. La mujer fue detenida en la casa de la madre del niño.
Amenazas
Apuntó que todo el tiempo los secuestradores mantuvieron comunicación con ella a través del celular, manifestándole que si no le pagaban un millón de dólares matarían al niño.
Sometidos a la justicia
Luego de haber interrogado a Ivelise Pérez Rodríguez, José Rafael Rodríguez y a Yalitza de los Santos, el cuerpo especializado de investigaciones los sometió a la justicia.
Para despistar
Según informes policiales, De los Santos narró que planeó el secuestro debido a que su padre y ella tenían problemas financieros, que necesitaban con urgencia 300 mil pesos, porque todo su dinero estaba en la calle y la gente no le pagaba. Que estaba desesperada, por lo que solicitaron un millón de dólares. Fue apresada, porque los secuestradores, al ser interrogados, manifestaron que actuaron bajo sus órdenes.