SANTIAGO.- En la calle 8 del barrio Santa Lucía, de Cienfuegos, en el distrito municipal Santiago Oeste, la gente sabe que allí vive Yani Alcántara, de 30 años, con sus hijos Carlos Manuel, de un año; Luz María, de 4; Jesús, de 5; Elizabeth, de 9; María Esther, de 15; y Juan, de 16 años. Para el resto de la sociedad, sin embargo, ninguno de ellos existe: Yani y sus niños carecen de actas de nacimiento.
La condición de la dama le impide obtener su cédula de identidad y conseguir un empleo para ayudar a mantener a su familia, mientras que sus hijos no pueden ser inscritos en las escuelas públicas porque no tienen documentos.
Narra que ha gastado mucho dinero para obtener sus documentos pero que supuestamente los papeles no aparecen.
Dijo que no está declarada porque al momento de nacer su madre tampoco tenía documentos personales para tramitar el proceso en la Junta Central Electoral (JCE), institución a la que le solicita ir en su auxilio para salir del abismo social.
“He gastado mucho dinero en este proceso y los papeles dizque no aparecen. Ese problema no solo me afecta a mí, sino que mis niños tampoco pueden estudiar y eso no es justo”, expresó.
Alcántara hizo un llamado a las autoridades para que se conduelan con su causa para poder figurar en el registro civil y así ella y sus hijos puedan ser contados como miembros de la sociedad.
Un problema de generación en generación. Una hija de Yani Alcántara tiene 15 años y ya tiene un niño, por lo que la criatura se une a su madre, a su abuela y a los demás miembros de la familia que son menores de edad pero que no han sido declarados en la Junta Central Electoral.
“Tengo seis hijos y quiero que me ayuden porque todos mis hijos están sin declarar y por eso no están en la escuela”, manifestó Alcántara, quien vive en las proximidades del programa Niños con una Esperanza que dirige el pastor Pablo Ureña.
Precisamente es a través del pastor y líder comunitario de Cienfuegos que Yani ha buscado llamar la atención de las autoridades para que vayan en su auxilio.