Madres

Madres

EDGAR REYES TEJEDA
En las artes y las ciencias se suele hablar de padres de tal o cual disciplina para denominar a quienes han sido los fundadores o precursores fundamentales de las mismas. La radio dominicana también cuenta con diversos padres cuyas identidades y méritos dependen del particular punto de vista de quien los designa.

Nuestra radio en cambio carece de mujeres a quienes se les confiera la categoría de madres de este medio de comunicación; por lo cual propongo los nombres de María Cristina Camilo y doña María Medrano como voces femeninas emblemáticas que por sus trayectorias pueden ser consideradas con justicia como madres de la radio nacional.

Me parece válido aprovechar este día de las madres para resaltar las figuras de estas veteranas locutoras cuya experiencia, calidad y buen hacer, constituyen una cátedra ejemplar de práctica locutoril.

JUAN LUIS

Siento una torrencial y persistente admiración por Juan Luis Guerra, lo cual no es evidentemente nada extraordinario, en razón de que cientos de miles de personas en todo el mundo experimentan similares sentimientos y actitudes hacia este singular artista. No obstante mi conmovida corriente de simpatía hacia Juan Luis no se limita a su maravilloso talento creativo o la digna y trascendente belleza de sus canciones, sino que se extienden a su sensible humanidad y hondo sentido espiritual.

En efecto, las recientes declaraciones del líder de 4-40 a propósito del multiplicado éxito de su producción discográfica Para Ti, hacen que crezca en mi percepción y sé que en la de muchísimos más el respeto y el aprecio por este tímido personaje que con suave sencillez confiesa que la riqueza y la fortuna obtenida gracias a su depurado talento artístico, no le ocasionaban paz y tranquilidad, por lo cual optó por iluminarse espiritualmente entregándose jubiloso en brazos de su acogedora y revitalizante fe.

Las habitualmente escasas, pero siempre significativas palabras de Juan Luis Guerra confirman mi vieja convicción de que para ser un gran artista se requiere ser también un ser humano profundo y sensible, pues sólo de los yacimientos abundantes se extrae la espléndida materia, los tesoros esenciales del arte verdadero.

NO A LA GROSERÍA

Me halaga inmensamente leer una información procedente de Colombia en la que se da cuenta de que una emisora de Medellín ha decidido poner freno a las canciones de contenidos groseros o que inciten a la violencia, acogiendo una solicitud hecha en ese sentido por las autoridades gubernamentales que rigen las comunicaciones en ese país.

Creo que sólo generando actitudes como ésta que entrañan la opción de fundamentar valores de respeto a la calidad, al enriquecimiento cultural y a la elección de contenidos que mejoren la convivencia, se podrán lograr los cambios positivos en las propuestas de los medios de comunicación; cambios que tiendan a hacer más respirable el medio sociocultural que vivimos y padecemos en los tiempos que corren.

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