Oriana Martínez
El mes de la madre es una cultura para el pueblo dominicano y no puede pasar esa fecha sin festejar o consentir a mamá por su ardua labor. Y es por eso, que a continuación presentamos historias de mujeres que han “luchado solas” unas de las etapas más importantes de la vida y se sienten más que orgullosa de tener el título de ser madres.
La señora Tania Silva, tiene dos hijos varones, su hijo mayor de 28 años de edad y el menor de 18 años.
Cuando apenas su vástago menor tenía dos años quedó soltera y sin ayuda de parte paterna; ejerciendo la labor de madre y padre simultáneamente.
“Me considero una mujer fajadora, he pasado hambre, he trabajado por RD$150 pesos, he lavado cabeza, planchado ropas para darle el sustento a sus hijos», dijo.
Quedarse sola con dos niños pequeños la impulso a dar lo mejor de ella misma y trabajar fuertemente para asegurar un futuro digno para cada uno de ellos. En la actualidad, uno de sus hijos estudia odontología y otro labora para una empresa privada de transporte, por lo que esta madre agradece a Dios, que ninguno se desvió de la crianza que le dio.
Otra madre sortera es María Castillo, quien con apenas 18 años quedó embarazada de una hermosa niña, pero con tres meses de parida el padre de la criatura falleció en un accidente de tránsito.
Castillo cuenta que solo dependía de su esposo y al quedar sola con su recién nacida no sabía cómo enfrentar la dura situación que atravesaba.
Al no tener quién la auxilie empezó a trabajar como empleada de servicio, niñera, vendía hielo en fundita y caramelos en las universidades con su hija al hombro para buscar el sustento de ellas.
Al pasar el tiempo, emprendió su propio negocio (una cafetería), poco a poco fue creciendo y hoy en día estudia la carrera de contabilidad en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y su hija cursa el tercero grado de la primaria.
“La muerte de mi esposo no fue un impedimento para dejarme caer; me hizo más fuerte”.
Ser madre no es un título que se adquiere en la universidad, se logra amando, cuidando, guiando, motivando y formando valores a los hijos.
Cada día valoremos a la persona que nos trajo al mundo, esa mujer que se levantan a diario para sustentar y procurar nuestro bienestar. Todos los días son de mamá porque ellas se merecen lo mejor.