Madres desconocen dónde hay mosquitos en sus casas

Madres desconocen dónde hay mosquitos en sus casas

Gregory, de tres años, presenta un estado de salud  delicado. Al quinto día de presentar fiebre alta, los ojitos hinchados y un fuerte dolor de estómago y del cuerpo, el dengue se encuentra en su fase más peligrosa.

La madre, Santa Contreras, no puede esconder más su pesar y, temblorosa, explica que los conteos de las plaquetas de su hijo fluctúan constantemente, pero que siempre se mantienen bajos.

Gregory Mota es uno de los 24 niños que ayer recibían atenciones en la denominada Sala de Dengue del hospital Robert Reid Cabral. Otros 14 niños permanecen internos en otras habitaciones y áreas de recuperación. La familia es oriunda de Hato Mayor, desde donde se trasladaron a Santo Domingo el  jueves, ante los primeros síntomas del dengue.

Sin embargo, todavía la madre no se explica dónde su hijo pudo haber contraído la enfermedad, ya que como asegura, cerca de su casa no hay criaderos, “sólo una cañada”.

 “La doctora me dijo que le van a prestar más atención porque hoy se me puede poner muy mal”, dice, mientras  su hijo permanece quieto en su cama aunque se queja: “mami, mami”, en voz baja.

 Mientras atiende a Gregory, Santa luce  distraída porque en casa su hijo mayor, de seis años,  “está haciendo una fiebre alta”, él se quedó en Hato Mayor bajo cuidado de su abuela.

   Desde las provincias.  En la cama del frente, Luz Deanela Feliz acaricia a su hijo Deybis Emmanuel, de 9 años, que está interno desde el pasado martes en la misma sala. La familia, que llegó desde Barahona, combate al dengue por segunda vez en los últimos 30 días.

A finales del mes pasado, la señora Feliz ocupaba  la misma Sala de Dengue del Read Cabral. En esa ocasión, la enferma era su hija menor, Jazmín Lucero, de 4 años. “Yo me quiero ir a mi casa porque aquí me puyan mucho”, dice Deybis quejándose de las pruebas sanguíneas a que ha sido sometido. Antes de que periodistas de este diario abandonaran el centro, el niño fue dado de alta.

 La mayor preocupación de la madre, sin embargo, es que todavía no sabe dónde están los criaderos del mosquito Aedes aegypti, que ha infectado a más de 15 niños del  barrio La Playa, de Barahona, donde reside.

La interrogante es la misma para Mayrelly Guzmán, cuya hija Ashley Ogando, de un año, llora por los malestares que le causa el dengue. La niña presenta fiebre desde hace 3 días, pero los médicos  dicen que su condición es estable.

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  Toman previsiones

Más de 15 pacientes ingresan cada día al hospital Robert Reid Cabral, donde su director, Emilio Mena Castro, informó ayer que se ha dispuesto de camas adicionales a las más de 30 que están hábiles en la Sala de Dengue del centro.

 Más personal

Asimismo, la dirección del centro asistencial dispuso  la colocación  de 30 enfermeras, cinco bioanalistas, médicos y residentes adicionales, para reforzar el personal de salud.

Cree habrá mejoras

El doctor Mena Castro se manifestó confiado en que a partir de la semana próxima se reduzca la cantidad de pacientes  afectados por dengue que se acercan a los hospitales, lo que atribuyó a la campaña de concienciación que presentó ayer  Salud Pública en Santiago.

 Mayoría son del interior

La mayoría de los niños internos en la Sala de Dengue provienen de Barahona, Hato Mayor, San Cristóbal, La Vega y sectores de la Capital.

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