POR MARIEN ARISTY C.
 Con sólo traspasar el umbral del “Centro de Desarrollo Educativo Jardín Infantil Progresando”, inaugurado ayer  en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), se adivina que es un espacio diseñado especialmente para niños: los juguetes, que están esparcidos por doquier, son para menores de seis años.

 Tampoco lo hacen ninguna de las siete aulas en las que se albergará a los 200 pequeños que acudirán cada día a este lugar (repartidos en dos tandas), mientras sus madres reciben docencia en las aulas de la academia estatal.

Lo que más llama la atención de este centro, sin embargo, es que las aulas fueron equipadas para acoger niños de diferentes edades. Para comprobarlo, vale fijarse en el aula siete, donde hay dos cunas que saludan al visitante a lo lejos.

En esa aula, la más tierna de todas, también hay un gimnasio para bebés, dos sillas de comer, tres osos de peluche y varios juguetes de entretenimiento.

En las aulas cinco y  seis son los pequeñísimos pupitres y bataquitas los que hablan de los futuros ocupantes de este espacio: serán muy pero muy pequeños porque de lo contrario no cabrán sobre las sillas.

Las otras cuatro aulas están destinadas a los niños más grandes y ofrecen dos mesas de madera – casi todo en el centro está hecho con ese material- con seis sillas cada una, un escritorio y una silla para el maestro u orientador que esté cuidando de los pequeños y diversos juegos didácticos.

Además de las aulas, ubicadas alrededor del  jardín interior, hay  una cocina completamente equipada, una oficina de administración, baños para mujeres y  hombres, comedor. enfermería y un salón multiusos en el que hay tres computadoras.

la inauguración

La estancia infantil de la UASD se inauguró durante un acto que estuvo encabezado por la primera dama Margarita Cedeño de Fernández, cuya tardanza pospuso la ceremonia durante una hora; y el rector de la UASD, Roberto Reyna.

También estuvieron Henry Santos, director de la Escuela de Psicología, que tiene la responsabilidad de la estancia; Soraida de León, directora del nuevo centro; y Digna Cordero, estudiante de séptimo semestre que habló en nombre de las madres que se beneficiarán con la guardería oficial.

 La ceremonia inició con la bendición del padre Amable Taveras, párroco de la Parroquia San Ignacio de Loyola; y continuó con las palabras de Henry Santos, quien destacó que en el lugar no sólo se cuidará a los niños de las estudiantes, sino que les ofrecerán una educación integral.

Para Digna Cordero, quien agradeció a Cedeño de Fernández el que haya tenido esta iniciativa, es una gran tranquilidad saber que su hija Camila estará bien atendida.

Por otro lado, Reyna señaló que con este proyecto de atención a la infancia  se reducirá la deserción puesto que muchas jóvenes dejaban la universidad porque no tenían con quién dejar a sus hijos.

En cuanto a los costos, la rimera Dama Margarita Cedeño de Fernández explicó que la infraestructura física costó RD$11,778,459 . Respecto a los muebles y equipos, algunos fueron donados por empresarios y otros comprados. La inversión total fue de más de doce millones.