Madres Primerizas
El encuentro con la Maternidad

Madres Primerizas<BR><STRONG>El encuentro con la Maternidad</STRONG>

Por:  Maribel Lazala y Luisa Blanco
Fotografías:  Rubén Román

Son jóvenes, profesionales de un siglo acelerado y competitivo. Aún llevan consigo las nostalgias recientes de su adolescencia y los mimos y controles de sus padres. Pero de repente se dan cuenta que es otra la perspectiva, que es otro el compromiso, que como un alud de responsabilidades y de alegrías, sus vidas cobran un nuevo sentido: son MADRES.

Y este significativo acontecimiento, sin dudas ha cambiado la perspectiva de sus vidas. Su tiempo, sus acciones, sus sueños e ideales, tienen un motor extra que sin dudas las obliga a ser mejores, a dar de sí con alegría, haciendo valer la verdadera esencia del amor.

Todas afirman que sus vidas han cambiado para bien, para conocer y palpar el sentimiento más hermoso que jamás hayan soñado experimentar. Todas se sienten comprometidas con esta nueva vida que de repente inunda sus propósitos de ternura y protección, de emociones siempre nuevas y de acercamiento a Dios, a quien agradecen el enorme privilegio de la maternidad.

Hoy valoran más que nunca a sus madres, porque entienden ese sentimiento de unión y protección que hoy forma parte intrínseca de sus vidas. Muchas han dado sentido a sus aspiraciones, han cambiado su forma de ver la vida, sus rutinas y su forma de expresar el amor. Muchas se sienten más unidas a sus parejas, formando un núcleo de amor que tiene un mismo objetivo: darle lo mejor a sus hijos. Todas están conscientes de que es importante sembrar los valores esenciales que lo conviertan el día de mañana en personas honestas y exitosas y por supuesto, han podido aceptar que la familia es la fuerza más poderosa con que cuenta la humanidad para lograr la esperanza de la paz.

Siendo aun jóvenes, han comprendido los peligros que pudieran acechar la vida de sus hijos, y eso las hace conscientes de su deber y responsabilidad para convertirse en verdaderos guardianes de sus vidas.  Y es que ser madre es un privilegio, pero también un tremendo compromiso, ya que la felicidad de ese ser a quien hemos dado vida, depende de nuestros cuidados, de la educación que le demos, de los valores que le inculquemos, del amor que le prodiguemos. Son pues, las madres, todas las madres, compromisorias del futuro de nuestra sociedad, esa sociedad que queremos y aspiramos dar como herencia a nuestros hijos y ellos son los instrumentos de esa esperanza. Una esperanza que se perfila como realidades palpables en la medida en que cada madre abone la vida de sus hijos con ternura, dedicación, constancia y amor.

Por eso, nuestra revista En Sociedad dedica este homenaje a esas jóvenes madres, primerizas, como un ramillete de hermosas promesas para el futuro de nuestro país.

Virginia Rojas de Patín, María del Mar Alvarez de Aybar, Karla Pichardo de Matos, Isis Abreu Albiac, Giselle Ricart de Díaz y Patricia Piñeyro de Ovalles, nos narran sus experiencias en su maravilloso encuentro con la maternidad, covencidas de que este inicio en el camino de la conformación de sus familias, es un verdadero regalo de Dios que esperan multiplicar conformando auténticos núcleos de unión, donde los valores y el amor, sean los simientes de la paz a que aspiramos todos. 

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