Madurar a destiempo

Madurar a destiempo

Madurar antes de tiempo, teniendo que enfrentarse a responsabilidades no propias de niños,  sacrificando muchas veces horas de juego o simplemente de ocio,  podría marcar el comportamiento  de adulto de una persona, con sentimientos de que le ha quedado algo por resolver. También puede ocurrir lo contrario,  y hacer de ese adulto a una persona más decidida, persistente, tenaz, responsable  y que sabe lo que quiere.

A juicio de la psicóloga clínica infanto-juvenil Roxana González,  al ser consultada por ¡Vivir!, es importante vivir cada etapa en su momento,  para asegurar un desarrollo adecuado. Lo recomendable es que la persona desde su niñez viva las diferentes etapas a lo largo de su ciclo de vida; sin emabargo  no hacerlo no significa que tenga que afectarle negativamente en su vida de adulto.

La experta de la conducta humana explicó que lo negativo o positivo  va a depender de cómo esa persona haya afrontado esa madurez, si el aprendizaje  producto de la misma dejó resultados gratificadores, forjadores de una persona más fuerte, responsable y de decisiones a tomar.

Es posible que un niño por ser el mayor de sus hermanos se vea en la obligación de cuidar de estos, por diferentes razones,  cuidar del hogar, prepararse su propia merienda… impidiéndole esto dedicar todo  su tiempo a sus tareas propias, pero eso no necesariamente tiene que ser negativo, todo depende de cómo él lo haya enfrentado, explica la doctora.   

Consecuencias de madurar antes de tiempo. “Tener una madurez precoz, sí afecta, pero todo dependerá  de la resiliencia que la persona tenga, es decir, la capacidad que tenga esa persona para salir adelante de una situación  que podría resultar muy difícil.  Ahora bien, si la persona escoge de esa situación lo positivo  para crecer como individuo, entonces esto le traerá resultados positivos a lo largo de su vida”, precisa la doctora González.

La psicóloga añadió que la resilencia  o capacidad de niños que tuvieron que madurar antes de tiempo, es posible que lo hicieron porque vivieron una situación difícil  en la que tuvieron que madurar precozmente para poder sobrevivir o salir del paso, muchas veces forja a adultos mucho más responsables.

Indica no obstante,   que en otros casos es posible  que esa persona crezca con un vacío, sintiendo que le faltó vivir algo muy importante, y que es  muy probable que de adulto sienta que tiene una materia pendiente en su vida, y por eso  quiera hacer cosas que no hizo cuando era niño. Es de ahí, explica, que algunos adultos tienen comportamientos no propios de su edad. 

Según la doctora González, una manera que sí marcará la vida de adulto de un niño es cuando esa madurez  antes de tiempo  fue para el niño  algo traumático y   doloroso,   que le  privó de su infancia y lo llevó a percibir ese momento como un acontecimiento  malo.

“En estos casos lo más probable es que esa persona vea las cosas por medio de un cristal empañado y no perciba el aprendizaje positivo de ello, pero si por el contrario, esa  persona trata de ver las cosas desde un  punto de vista positivo,  a través de un cristal claro,  siente que vivió la experiencia difícil,  que aprendió de ella, y  por tanto  tiene  una actitud positiva de la vida”.

Algunas características de la madurez precoz.

La psicóloga señala que cuando el aprendizaje de esa madurez antes de tiempo ha sido percibida como algo malo, el niño crece con dolor y con muchas interrogantes.

Pero, por otro lado, estos precoces maduros suelen ser   perfeccionistas, son excelentes resolviendo problemas, responsables, buenos  padres  en el futuro y buenos empleados.

La frase

Roxana González

La madurez precoz podría  hacer  a una persona altamente ansiosa, rígida, insatisfecha, que le cuesta  divertirse, no sonríe, no disfruta la vida, pero no siempre tiene que ser así”.

¿Positivo o negativo?

Es importante que la persona viva cada etapa de su  vida, pero  una madurez precoz  muchas veces hace  que en la adultez  tengan un comportamiento positivo, tanto personal como profesionalmente.

La doctora Roxana González es psicóloga clínica infanto-juvenil. Es también especialista en  psicomotricidad, terapia de pareja y familia, hipnoterapeuta, sueño, lenguaje del cuerpo y aromaterapia. Ofrece sus consultas en el Centro de Vida y Familia Ana Simó y tiene el correo electrónico roxanagonzalez@centrovidayfamilia.com

Publicaciones Relacionadas

Más leídas