Los acontecimientos ocurridos dentro del PRD a partir de la intención de elegir sus nuevas autoridades, dan muestras de madurez y sensatez. Independientemente de que como  alegan algunos, se obviarían aspectos de orden estatutarios, su dirigencia en conjunto ha demostrado su disposición a levantar los pies y evitar tropezones, lo que representa un paso de avance no solo para dicha organización política sino para la sociedad dominicana que tanto lo necesita.

Hay que destacar el hecho  de que las diferentes corrientes hayan sido capaces de ponerse de acuerdo en buscar fórmulas como salidas, aunque fuese obviando en principio  las fechas de la Convención. Es una señal positiva  de que han superado  actitudes y métodos que en nada contribuían a la solidez democrática.

Al margen de las encuestas que dan favorito a Miguel Vargas, la mayoría del país así lo percibe y es de suponer que mucho más  los propios dirigentes. Por eso constituye un acto de madurez ponerse de acuerdo, puesto que si la Convención favorecería a quien tiene mayor simpatía en la actualidad, quiere decir que el resultado sería una dirigencia nacional mayoritariamente perteneciente a esa corriente.

Haber pactado quien tiene la mayoría con los que no cuentan con ese apoyo, para posponer la Convención,  representa además de un sacrificio una muestra innegable de altura política, porque implica gobernar y administrar el PRD con dirigentes que no necesariamente pertenecen a su  corriente. Aceptando además por vía de consecuencia, que tanto el Comité Político como el Comité Nacional se mantengan bajo la hegemonía de otros, puesto que no se trata exclusivamente del Secretario General y una o dos Secretarías más.

Hay quienes han criticado de forma relevante ese acontecimiento en el cual los dirigentes con mas influencias  pactaron un acuerdo, poniendo en mayúscula que violentaba los Estatutos; sin embargo, considero que a pesar de ser cierto, levantar las banderas de la unidad, pactar y sacrificar posibles controles, son suficientes muestras  para entender que una organización importante para el desarrollo democrático del país como el PRD, ha decidido  trillar caminos que conducen a la unidad dentro de la diversidad y a llevar sosiego al país.

Nadie vio ni escuchó posiciones de antagonismos imposibles de solucionar. Quedaron atrás posiciones levantiscas más allá de lo razonable, por quienes defienden posiciones, sobre todo si se sienten con suficientes votos para lograr sus objetivos. Lo que ocurrió luego de la decisión de aplazar para el 2010 la elección de los demás cargos al margen de la presidencia, quedó dentro de lo aceptable y hasta lo prudente.

Pero para remachar las  muestras de madurez y sensatez del PRD, Miguel Vargas    acaba de anunciar su decisión de proponer que se convoquen elecciones para los cargos pendientes de decisión en el mes de septiembre. Esa posición seguro que traerá paz  y además  se encaja dentro del espíritu de  institucionalidad que se reclama. Son cartas que mucha gente quería ver, por lo que hay que felicitarlos.