Caracas.- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, deseó hoy entre risas “felicidad” al alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, y pidió a España que no devuelva a su país a este político que burló la pasada madrugada su arresto domiciliario para escapar a Colombia, desde donde viajó a Madrid.
“La vida es un componente de muchas cosas, pero para que sea vida hace falta amor y humor, de eso sabe bastante el director del Sebin (servicio de inteligencia), no tanto de amor pero sí de humor, le gusta jugarle algunos chistes a la oposición ¿ah? (risas).
Hoy se nos escapó Antonio Ledezma”, dijo el jefe de Estado venezolano. En un acto para impulsar la “Gran Misión Justicia Socialista”, Maduro se refirió a Ledezma como el “vampiro”, y deseó “felicidad» al opositor, que se encontraba en arresto domiciliario desde abril de 2015, que fue detenido el 19 de febrero de ese mismo año y pasó sus dos primeros meses privado de libertad en la cárcel militar de Ramo Verde.
Maduro llama a Ledezma “vampiro” al compararlo con uno de los personajes de la serie estadounidense “The Munsters”, que se emitió en los años 1960. “Antonio Ledezma, el vampiro volando libre por el mundo, ahora se va el vampiro protegido dicen que pa’ España a vivir la gran vida compadre, a ir a tomar vino a la Gran Vía (…) quedó pendiente lo que tú sabes, ya sabes Antonio”, agregó Maduro.
Asimismo, el presidente venezolano pidió “que no nos lo devuelvan” luego de escuchar la sugerencia del chavista Diosdado Cabello, uno de los hombres fuertes del oficialismo. “Que se queden con su vampiro por allá. Cuidado a la gente de Madrid en las noches”, dijo el líder de la revolución bolivariana.
Ledezma llegó hoy a Colombia tras escapar de su arresto domiciliario para dirigirse a España y reunirse con su esposa Mitzy Capriles. El político es acusado por la Fiscalía de haber incurrido en delitos de conspiración y asociación para delinquir, pero nunca ha sido juzgado.
El opositor no ha sido inhabilitado en su cargo, pero tras su detención, la alcaldía, la plaza de mayor peso político en el país petrolero después de la Presidencia de la República, quedó delegada en manos de Helen Fernández, una militante de su partido, Alizanza Bravo Pueblo (ABP).