Maduro, el obstáculo para la paz

Maduro, el obstáculo para la paz

El presidente Danilo Medina viajó a Davos, Suiza, decidido a promover entre líderes empresariales, gobernantes demócratas, académicos y la prensa congregados en el Foro Económico Mundial, su política de neutralidad en Venezuela y el diálogo interpares para la solución pacífica del sórdido conflicto venezolano.
El mandatario se ha erigido en el mentor del diálogo como instrumento para solucionar el enfrentamiento entre el régimen autoritario de Nicolás Maduro y la oposición agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), mientras Maduro disfruta apenas de tres países aliados en la región: Nicaragua, Bolivia y Cuba.
Pero el empeño de Medina enfrenta un obstáculo serio: Nicolás Maduro. Aunque el autócrata de Miraflores se muestra públicamente a favor del diálogo que se desarrolla en Santo Domingo, incesantemente lo boicotea en la práctica, verbigracia, su reciente adelanto para abril de la elección presidencial prevista para octubre.
Maduro no es un demócrata; jamás ha defendido la democracia. Es un dictador que cree en el uso de la violencia y la persecución para dirimir los conflictos y ahogar al opositor, como ocurrió con el centenar de muertos del año pasado durante las protestas contra su régimen y el reciente asesinato del ex policía rebelde Oscar Pérez. El único punto común entre Maduro y el MUD es la apertura de un canal humanitario para suplir de alimentos y medicinas a la población diezmada por la crisis humanitaria venezolana.
Huelga decir que Maduro no accederá a suprimir su Asamblea Constituyente, tampoco su tribunal Supremo Electoral, no reconocerá la Asamblea Nacional que derrocó. Aspira que la comunidad internacional levante las sanciones contra sus funcionarios, pero es incapaz de ofertar garantías creíbles de elecciones justas, democráticas y bajo supervisión extranjera. Maduro es el obstáculo para la paz de Medina.