Un día como hoy de 1931 nació en San Mateo de Cangrejos, Santurce, Puerto Rico, el sonero Ismael Rivera, quien falleció a los 55 años el 13 de mayo de 1987.

Este aplaudido cantante de salsa se destacó por su estilo, y todavía a 31 años de su muerte, la radio tropical toca sus pegajosos temas como “Quítate de la vía, perico”, “Mi negrita me espera”, “Las caras lindas”, “El Nazareno”, “Dime por qué”, “Mi jaragual”, “De todas maneras rosas” y “No quiero piedras en mi camino”, entre muchas más.
Rivera se crió en una familia muy pobre. Abandonó la escuela para dedicarse a limpiar zapatos y así ayudar a su madre a mantener el hogar. A los 16 años se inició como albañil, aunque se la pasaba cantando y tocando en las fiestas de la calle Calma, donde vivía, y otros sectores del Santurce Cangrejero, en unión de su amigo y compadre Rafael Cortijo.
El primer sueldo como miembro de la orquesta de Cortijo que tuvo Ismael fue de 32.80 dólares semanales, por debajo de los 55 dólares que ganaba tirando mezcla fina.
En 1952 debió dejarlo todo para formar parte del ejército de Estados Unidos, pero fue licenciado por su deficiencia en inglés. A su regreso a Puerto Rico, Cortijo le consiguió trabajo con la Orquesta Panamericana de Lito Peña, con quien grabó y pegó los éxitos “El charlatán”, “La vieja en camisa” y “La sazón de abuela”.
En 1954 regresó al grupo de Rafael Cortijo, con quien grabaría 17 discos. Con el Combo de Cortijo fue vocalista de gran cantidad de populares temas como “El bombón de Elena”, de Rafael Cepeda, así como “El negro bembón”, “Juan José”, “Besitos de coco”, “Palo que tú me das”, “Quítate de la vía, perico”, “Oriza”, “El chivo de la campana”, “Maquinolandera”, “El yoyo”, “María Teresa” y “Yo soy del campo”, entre otros.
En 1959, Ismael participó junto a Cortijo y su Combo en la película «Calipso», una producción italo-francesa dirigida por Franco Rossi, con Harry Belafonte de protagonista. En octubre de 1961 grabó el clásico Moliendo Café del venezolano Hugo Blanco junto a Cortijo. Esa fue una de sus mejores interpretaciones.
En marzo de 1962, Maelo fue separado de la sociedad y enviado a cumplir una sentencia de cuatro años en el programa carcelario de rehabilitación en Lexington, Kentucky. Un compatriota suyo, Bobby Capó, sintió como propio el encierro de Ismael y le compuso un número que llegaría a convertirse en himno de los reclusos: “Las tumbas”, inspirado en la prisión de Kentucky que tenía varias pisos bajo tierra.

Al salir de la cárcel, mientras su compadre Cortijo reintegra a varios de sus músicos en su “bonche”, Maelo adelantó música con el percusionista Kako, Tito Puente y su propia orquesta, Los Cachimbos, para tocar lo que realmente quería, lo que le gustaba.
Desde la Gran Manzana, Maelo y los Cachimbos impactaron el panorama musical con sus grabaciones “La controversia” y “La soledad”, y posteriormente “Mi negrita me espera” y “Dime por qué”, dos clásicos de la salsa. Se hizo costumbre que los bares de países latinos cerraran precisamente con “Mi negrita me espera”, para que la gente se fuera.
Otros éxitos con Los Cachimbos fueron “El jaragual”, “San Miguel Arcángel”, “La gata montesa”, “La manía de tu mujer” y el bolero “Hasta mañana”.
La muerte de su compadre Rafael Cortijo el día de su cumpleaños lo afectó al extremo de perder la voz, pese a que tenía la esperanza de recuperarla para cantar en un homenaje que le preparaban los familiares y amigos de Cortijo en el Coliseo Roberto Clemente.
Pocos días antes del evento, el 13 de mayo de 1987, a los 55 años de edad, Maelo fallece como consecuencia de un infarto, mientras descansaba en su casa en la calle Calma de Villa Palmera, en compañía de su madre y de su hijo.