El doctor Héctor Herrand, fallecido trágicamente en un accidente aéreo el pasado domingo fue tan brillante como cirujano de mano que superó a sus propios maestros.
Así lo afirmaron ayer tres de sus profesores, uno de ellos vino de Estados Unidos para rendir el último tributo a un ser humano que consideró brillante.
El doctor Luis Scheker Ortiz, cirujano plástico dominicano especializado en mano y que ejerce por años en Kentucky, Estados Unidos, asegura que Herrand fue a estudiar a ese estado y los norteamericanos lo buscaban para aprender de él.
“Era el más brillante de todos”, dijo el doctor Marcos Núñez, cirujano plástico y especialista en mano que lo llevó a Louisville, Kentucky para realizar un Fellow en mano.
De su lado, el doctor Scheker Ortiz, no podía contener el llanto, en cuanto se enteró de la tragedia aérea que cobró la vida de su alumno aventajado, tomó un vuelo a dominicana para despedirlo.
“El era una de las personas más brillantes que he conocido, era amigo de ayudar a otros, era un líder, una persona que hacía que cada paciente se sintiera como único”, dijo el especialista en mano, radicado en Estados Unidos.
Lo define como gran compañero, innovador, llegó a Estados Unidos y desde ahí se convirtió en líder, “aquí fue entrenado por el doctor Macos Núñez, los jefes de servicio en el hospital de Kentucky se lo peleaban, porque era el mejor”, insiste, mientras enjuga sus lágrimas y contiene el llanto.
Manejaba la técnica quirúrgica, conocía la economía humana y era dueño de una sonrisa única, asegura su maestro. Llegaba a los sitios y lo llenaba todo.
“El doctor Herrand estaba tan bien preparado que se convirtió en el favorito de todos, no tenía que preguntar nada, porque lo conocía. Sabía como se manejaba el paciente y tenía manos de oro. Nunca hizo alarde de nada, todos reconocían su capacidad”, insiste, al señalar que Herrand se entregaba a todos.
Al referirse a Herrand, fallecido mientras piloteaba una aeronave el domingo 4 de este mes, el doctor Ivanhoe Báez Conmme, se refirió a este como el padre de la cirugía plástica en el país.
Para su amigo y hermano, doctor Marcos Núñez, “se perdió un pedazo de mí, era el hermano que no tuve, se fue un hombre íntegro, capaz, retador, perseverante, humilde y amigo hasta el final”.
Ayer en la funeraria se escuchó una grabación que dejó a una de sus hijas, en la que refiere como las personas se preparan para tomar un vuelo convencional en comparación con el vuelo que se toma para no retornar.
Núñez, su compañero de siempre dijo que Herrand después de los 50 años de edad aprendió a hablar francés y se hizo piloto comercial, “lo que habla de su condición de ser humano en búsqueda permanente del conocimiento”.