¿Maestros en huelga?

¿Maestros en huelga?

Por la carencia de buenos maestros fracasó la reforma de la educación emprendida aquí a finales del siglo XIX por el insigne maestro puertorriqueño Eugenio María de Hostos; se frustraron los intentos de reforma de Julio Ortega Frier (1916); colapsó la reforma impulsada por Pedro Henríquez Ureña (1931); lo mismo sucedió con la emprendida por la Misión Chilena (1940); y con la iniciada por Joaquín Balaguer a principios de los años 50. Detalles sobre lo sucedido en cada uno de esos intentos de reformar nuestro sistema de instrucción pública han sido expuestos y discutidos en más de una veintena de seminarios y talleres a los que hemos asistido. También, en artículos de prensa escrita y digital.

El gobierno del presidente Fernández, en un esfuerzo para impulsar el desarrollo del país, se acaba de valer de la opinión de unos técnicos de la mundialmente famosa Universidad de Harvard. Lamentablemente, en materia de educación, los sabios de esa prestigiosa institución le dijeron al mandatario lo mismo que, en materia de formación de maestros, hemos dicho y repetido en innumerables ocasiones.

Los de Harvard señalan en su informe que la baja calidad de nuestro sistema de instrucción pública se debe a la débil formación profesional de los docentes que sirven en el mismo. ¡Descubrieron el dulce de batata!

El sistema de instrucción pública de la República Dominicana es el peor financiado de la América española. En las últimas décadas, los gobiernos que aquí se han sucedido han invertido en educación un promedio de 2.3% del PBI, en tanto que el promedio de inversión de los gobiernos latinoamericanos en educación durante ese mismo periodo sobrepasa el 4.7% del promedio de los PIB. Esperamos que en el informe rendido por los de Harvard al presidente Fernández aparezcan esas cifras. En un discurso pronunciado por una cadena de radio y televisión, la noche del 7 de septiembre del año 2000, el entonces presidente de la República, y hoy candidato al mismo puesto por el Partido Revolucionario Dominicano, agrónomo Hipólito Mejía, refiriéndose al mismo tema, dijo: “Parecerá increíble, pero es cierto. Los gobiernos de los países africanos, en promedio, invierten en educación más de un 6% del PIB. ¿Saben ustedes cuánto está invirtiendo el gobierno dominicano? Apenas un 2.5% del PIB, es decir menos de mitad de lo que se invierte en África. Les prometo que eso cambiará. El presidente les asegura que cambiará.”

Amigos lectores, ¿saben ustedes que hizo en esa ocasión el presidente Hipólito Mejía? En vez de invertir más en educación, lo que hizo fue celebrar aquí los Juegos Panamericanos “más maravillosos y caros de la historia”

Maestros de la Regional de Barahona ha adoptado una nueva modalidad de protesta: la de impartir docencia sólo tres días a la semana y emplear los jueves y viernes en llevar a cabo protestas y manifestaciones hasta tanto las autoridades de Educación no resuelvan el problema que acarrea la falta de seguro médico; bajos salarios, malas condiciones de las aulas y falta de materiales, equipos y laboratorios. Nos preguntamos: ¿Por qué esos colegas, en vez de parar la docencia a mitad de semana no emplean sábados y domingos para esos menesteres? ¿Dónde estudian los hijos de los dirigentes de la ADP que propician bellaquerías como ésas? ¿En colegios privados o en escuelas públicas? Algo que no hemos advertido nosotros ni los sabios de Harvard es que, además de su falta de formación, un buen número de maestros adolece de conciencia. A ello, nos referiremos en una próxima entrega.

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