Magaly Caram, maravillosa y aguerrida, es sinónimo de defensa de los derechos de las mujeres al acceso a una salud sexual y reproductiva de calidad. Su nombre evoca la lucha por la equidad de género y el empoderamiento de la mujer dominicana. Su vida, indisolublemente ligada a Profamilia, institución que ha dirigido por más de tres décadas, refleja una trayectoria dedicada a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.
Me atrevo a afirmar que, desde su nacimiento en San Pedro de Macorís, Magaly estuvo marcada por el deseo de mejorar el mundo. Muy jovencita, tuvo contacto cercano con la realidad de los bateyes, experiencia que le abrió los ojos a las diversas formas de vulnerabilidad y afianzó su vocación social.
Al frente de Profamilia, Magaly Caram ha liderado una verdadera revolución en la República Dominicana. Con pasión y determinación, ha llevado a esta institución por el camino de la excelencia, obteniendo merecido reconocimiento tanto en territorio nacional como internacionalmente. Bajo su dirección, Profamilia se ha consolidado como un referente en la provisión de servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, accesibles a todas las personas sin importar su condición social, económica o ubicación geográfica.
Magaly Caram ha impulsado iniciativas pioneras que han transformado la concepción y provisión de servicios de salud sexual y reproductiva en el país. Ha promovido campañas de educación sexual integral que buscan empoderar a la juventud con conocimientos esenciales para tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar. Estas campañas, aunque han enfrentado resistencias, han logrado abrir espacios de diálogo y reflexión, siempre tan necesarios en nuestro país.
Una de sus iniciativas más destacadas es la implementación de programas de planificación familiar accesibles y efectivos. Bajo su liderazgo, Profamilia ha distribuido millones de métodos anticonceptivos, brindando a las mujeres la posibilidad de decidir sobre sus propios cuerpos y sus vidas. Esta labor ha sido crucial para reducir las tasas de embarazos no deseados y ha contribuido a mejorar significativamente la calidad de vida de miles de mujeres y sus familias.
El liderazgo de Magaly trasciende las paredes de Profamilia. Ha sido una voz crítica y constante en la defensa de los derechos de las mujeres, abogando por la despenalización del aborto en tres causales específicas, por la educación sexual integral y por el acceso universal a métodos anticonceptivos. Su lucha, a menudo librada en frentes adversos, ha contribuido a generar un debate social más abierto y a desafiar los prejuicios y tabúes que históricamente han rodeado el tema sexualidad en República Dominicana.
El compromiso de Magaly Caram con la justicia social se refleja también en su firme oposición a la violencia de género. Ha impulsado programas y campañas que buscan prevenir la violencia contra las mujeres y ofrecer apoyo a las víctimas. Bajo su dirección, Profamilia ha establecido protocolos de atención integral para mujeres víctimas de violencia y se ha dedicado incansablemente a la sensibilización en las comunidades para erradicar este flagelo.
Su visión, profundamente humana y transformadora, ha puesto el foco en el empoderamiento de la mujer como motor de cambio social. Profamilia, bajo su liderazgo, ha ampliado su rol de proveedor de servicios para convertirse en un espacio de formación, acompañamiento y construcción de ciudadanía para miles de mujeres jóvenes.
Magaly Caram ha trabajado arduamente para fortalecer la red de aliados de Profamilia, estableciendo colaboraciones con organizaciones nacionales e internacionales, gobiernos y agencias de cooperación. Estas alianzas han sido fundamentales para el desarrollo de proyectos innovadores y sostenibles que han ampliado el alcance y el impacto de la institución.
En un país marcado por la desigualdad y la violencia de género, la figura de Magaly Caram se alza como un faro de esperanza. Su compromiso inquebrantable con la justicia social, su valentía para desafiar las estructuras de poder y su profunda convicción en el potencial transformador de las mujeres, la convierten en un referente ético y un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones.
Su labor ha sido ampliamente reconocida, habiendo recibido numerosos premios y distinciones que destacan su invaluable contribución a la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Como testigo de su infatigable dedicación y su impacto transformador, puedo afirmar que Magaly Caram ha impulsado un cambio cultural que empodera a las mujeres dominicanas para reclamar su lugar como agentes activas en la toma de decisiones sobre su salud y sus vidas. Esto confirma que Magaly Caram, además de ser una líder en temas de derechos de salud sexual y reproductiva, es, sin duda, una verdadera heroína nacional.