Magia de equilibrio

Magia de equilibrio

Cualquier iniciativa que tomen los legisladores en cuanto al proyecto de Ley de Reforma Tributaria puesto en sus manos y del cual es autor el equipo técnico del Partido de la Liberación Dominicana, tiene que estar basada en el interés de solucionar los problemas financieros del Estado sin agravar los constreñimientos que han deteriorado la calidad de vida de los dominicanos, en especial los más pobres.

Inclusive, la búsqueda de un aumento en los ingresos del erario tiene que estar fuertemente respaldada por una política de austeridad que limite a lo absolutamente necesario los gastos del Gobierno, que han sido excesivos en el Gobierno saliente. En este contexto hay que revalorizar, por ejemplo, el papel que hace el Estado como propietario de dos empresas distribuidoras de electricidad -Edenorte y Edesur- después de adquirir el 50% de las acciones que en cada una de esas empresas poseía la firma española Unión Fenosa. Esa discutida compra se hizo en el peor momento y hay quienes consideran que se hizo en una forma un tanto desventajosa para el Estado.

Por otra parte, el aumento de la presión fiscal tiene que estar focalizado de manera tal que no signifiquen empeoramiento de las precariedades de poder adquisitivo derivadas de esta crisis en la cual el Gobierno tiene grandes dosis de responsabilidad, no solo por la política económica aplicada, sino también por el manejo del desplome de tres bancos.

También hay que hacer una revalorización minuciosa de las prioridades de inversión, para ajustarlas a las necesidades del país.

En fin, la Reforma Tributaria tiene que ser una magia de equilibrio que pueda lograr los objetivos que satisfarían los requerimientos del Fondo Monetario Internacional, pero sin imponer a las clases más pobres nuevas presiones. Así de grande es la responsabilidad que tienen ante sí los legisladores y que tendrán también, a partir del 16 de agosto, las autoridades del gobierno entrante.

[b]Enriquillo Sánchez[/b]

La muerte ha privado a las letras dominicanas de uno de sus más valiosos soportes. En su lugar ha quedado luto y pesar.

La muerte de Enriquillo Sánchez nos priva de la prosa seductora, breve, y un estilo cuidadoso que hacían brotar, abundantes, las más ricas imágenes literarias, la vastedad de sus conocimientos.

Sus dotes le hicieron digno de reconocimientos en plena adolescencia, afincando en múltiples reconocimientos y premios el éxito de su carrera de escritor.

El año pasado obtuvo el Premio Anual en Ensayo con su libro «El espectáculo del terror: antes y después de 2001». La Secretaría de Cultura le otorgó el premio por el esmero de su prosa y la forma en que elaboró la belleza formal, la destreza de su exposición y la abundancia de sus conocimientos.

Una vez a la semana, Sánchez prestigiaba las páginas de este diario con su exquisita columna «Devoraciones». Antes, publicaba su muy leída columna «Para uso oficial solamente» en el desaparecido diario El Siglo.

Estaba casado con Cristina Margarita de los Santos, con quien procreó tres hijos: Enrique, María Eugenia y Mariana. A ellos y a la literatura nacional, nuestras más sentidas condolencias.

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