Magino Corporán – Agenda del pueblo

Magino Corporán – Agenda del pueblo

El pueblo dominicano demostró el 16 de mayo del 2004 que no premia a quienes le fallan, mucho menos a quienes le mienten. Grandes tareas restan para alcanzar los controles institucionales, para que los líderes y dirigentes sin conciencia cívica y responsabilidad ciudadana sean destituidos sin aguardar tanto tiempo.

El tiempo es la mercancía más costosa en este mundo tan urgente, mucho más para la colectividad dominicana con enormes problemas sin resolver. Hay que construir las instituciones de la decencia, del decoro, de la responsabilidad, del respeto; desde la familia, la escuela, hasta los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Para que nuestros descendientes sientan orgullo de ser dominicanos y disfruten de la sociedad que les dejaremos, donde las elecciones transcurran sin noches con pesadillas y no sea necesario un cura desvelado y embajadores estresados, decididos a defender resultados electorales que amenazaron ser vulnerados.

A la sociedad le falta edificar un proceso de reformas, para garantizar controles sobre los funcionarios que elegimos. Sepan estos, que son nuestros empleados, para administrar la Cosa de todos, en consecuencia tienen que actuar apegados a la Constitución y a las leyes sin soberbia y sin abuso de poder. Falta la revocabilidad en las funciones públicas como control latente sobre los funcionarios elegidos.

Los resultados de las elecciones pasadas en lo que respeta a la participación ciudadana fue excelente, no así los desmanes, que amenazaban con irrespetar la voluntad soberana del pueblo dominicano, produciendo tantas tensiones a una sociedad que cambió con los cambios, bastante informada y decidida a defender gallardamente la democracia. Bellacos, descabellados, faltos de visión histórica, pensaban que este pueblo no tenía memoria, impidieron la agilidad del conteo por parte de la Junta. Pretendía hacer una réplica, mal diseñada, del nefasto intento reeleccionista del 1978, el doctor Balaguer mutiló los resultados electorales y se quedó con el control del Senado de la República, para poder controlar el Poder Judicial, contra el pueblo representado por el PRD. (Bochornosa ignorancia!

Autores de los movimientos raros con civiles armados y políticos vestidos de militares, son los que proclamaban: «como quiera nos quedamos». Lograron confundir, atemorizar, y en el peor de los casos infundir una subjetividad, que validaba el autoritarismo del presidente candidato y su cohorte que infundían miedo en algunos, para frenar la sabida decisión del pueblo de votar en primera vuelta, para liberarnos de «mareos» y más traumas. Confirmaron así la validez del permanente temor de la población al fraude, anunciado por el grupo en el poder y sus acólitos. Entre pobladores se recogían expresiones como estas: «Yo no sé como será, pero se quedan», «están preparando un fraude», «no van a entregar», «esa gente no van a dar paso, ellos se quedan, son muy liosos». A mí me lo aseguró el chinero, el triciclero y mis vecinos, después de indagar a ellos sobre su punto de vista con respeto a las elecciones y de quien ganaría.

Niños y jóvenes han de formar la parte medular de la agenda del pueblo para criarlos sin miedos innecesarios, seguros, respetuoso y nunca abusadores, ni usurpadores de firmas ajenas. Dispongámosnos a desarrollarlos armónicos y solidarios, nunca arrogantes. Si con el ideal de justicia. Cuando eso suceda los observadores y embajadores internacionales ya no serán «árbitros» tan activos y necesarios, serán amigos de buena voluntad. Entonces, será innecesario hacer largas campañas preventivas para desmontar antes de las elecciones el fraude anunciado, para evitar el famoso «ya el palo ta dao», y, en donde la sensatez de monseñor Agripino Núñez Collado, será un grato recuerdo en la memoria del pueblo. Pueblo que ya le diseñó la consigna que lo catapultará: («Agripino querido, si no es por ti, se hunde este país»!. Y las experiencias traumáticas del Señor Rector, en el tranque de las elecciones de 1978 con el «Padre de la Democracia», Joaquín Balaguer, serán temas de su posible cátedra: «Antecedentes de la Institucionalidad Dominicana».

Legemos a generaciones futuras profunda conciencia cívica de que la soberanía descansa en el pueblo y que los puestos públicos no son patrimonio de ningún ciudadano. A las instituciones hay que respetarlas y cuidarlas, son el sostén de la voluntad del pueblo y del Estado de derecho. Instituciones que sobrevivan a los seres humanos. Mientras tanto, continuaremos desmitificando a falsos demócratas para seguir reduciendo los traumas producidos por el nepotismo, el uso indebido de los recursos del Estado, los despilfarros electorales en la administración pública.

Evitemos a las generaciones futuras, partidos políticos que no sean verdaderamente democráticos, que violen los resultados de sus convenciones internas, que se hagan trampas entre ellos mismos, con pre-candidatos que acusen de fraude a otro pre-candidato y después se les unan como si nada hubiera pasado. Que invadan los espacios de las instituciones profesionales, estudiantiles, sindicales y que les impongan a la sociedad personas sin las mínimas condiciones y méritos para desempeñar puestos públicos. Partidos y militantes que sus intereses particulares o corporativos no estén por encima de los intereses nacionales. Partidos que no usen armas de fuego para asustar, matar y arrebatar.

La agenda del pueblo hasta el 2006 debe incluir la elección de un Congreso decente, con dignos representantes de sus comunidades, no solo de los partidos, para evitar que continúen mutilando el país, modificando la Constitución y desmontando las Areas Protegidas, por encima del reclamo popular que se opone. De igual manera dotar al país de autoridades electorales idóneas, capaces e íntegras, desde el más alto juez hastas el vocal de un colegio electoral. Una Junta Central Electoral sin escollos y sin cuello de botella, que no rehuya a pronunciarse cuando son despilfarrados los recursos del Erario y medios de comunicación secuestrados son usados para favorecer el candidato oficialista. Sin jueces intentando encadenar el país para dejar al pueblo sin voces legítimas y lo más urgente reformar la autocracia presidencial que consigna el Artículo 55 de la Constitución, amparo legal de tantas aberraciones y tragedias nacionales. Reducir a 15 días el larguísimo, bochornoso y desproporcionado período de transición.

El tren sin freno fue detenido por el pueblo. Continuemos derrotando la cultura del fraude y de la arrebatadera. El pueblo, ningún otro héroe, desde la madrugada se enfiló para cambiar el rumbo con su voto y defender su decisión con hidalguía.

Sirva para los que salieron electos y a los funcionarios que serán nombrados, el espejo del pueblo vengando los demanes del grupo actual en el poder. Lección que debe ser aprendida: El pueblo como pone, quita. El nuevo gobierno no puede fallar. El Estado de derecho correría muchos riesgos, temo que el pueblo no esperaría tanto como esperó ahora. El PLD debe tomar la palabra del Presidente Electo y profundizar el concepto de gobierno de Unidad Nacional. La sociedad puede ser facilitadora. Este Estado no es un crucero, es un barco maltrecho que para llegar a puerto seguro todos los ocupantes deben trabajar árduamente con la tripulación. No basta con un buen capitán. Las autoridades electas ameritan de funcionarios en mangas cortas, con botas puestas, para trabajar al aldo de las comunidades y aprovechar las energías creadoras del pueblo. Las iniciativas e imaginación de este pueblo es el principal activo de las autoridades electas. (Ojalá, quiera Dios, puedan articularse el gobierno y las comunidades!.

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